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jueves 25, abril, 2024

8 lugares para hacer enoturismo en Castilla-La Mancha

Enoturismo en Castilla-La Mancha, qué visitar.

El concepto de enoturismo lleva entre nosotros ya muchos años, pero quizá durante los tres últimos, esta tendencia de turismo enológico está ganando una dimensión mucho mayor. Dado que España es un lugar privilegiado para el turismo, debemos desde el ámbito rural aprovechar la unión de vino, gastronomía, cultura y turismo. Hacer enoturismo en Castilla-La Mancha es una realidad, ya sea a través de las Rutas del Vino que hay en la región o de forma independiente.

Turismo de interior, turismo rural sin aglomeraciones, donde podremos disfrutar de la naturaleza, la cultura y la gastronomía.

Pero, ¿Qué es el enoturismo?

Enoturismo o turismo enológico es el turismo centrado en las zonas de producción vitivinícolas. Para ello, se vinculan entre sí el turismo gastronómico, el turismo cultural, teniendo en cuenta el carácter histórico de la zona, y la industria vinícola como parte del patrimonio industrial.

El enoturismo es una modalidad turística más bien rural, de interior, que busca visitar zonas geográficas donde el vino, la gastronomía y la cultura tienen un gran valor histórico.

10 sitios para hacer enoturismo en Castilla-La Mancha

1. Campo de Criptana

Campo de Criptana es famosa por sus Molinos de Viento. Situados en lo alto del Cerro de la Paz, podemos disfrutar de sus vistas y de los diez molinos que se conservan en la actualidad, de un total de treinta y cuatro que llegaron a existir.

Entre sus calles, plazuelas y plazas, nos sumergimos en la época del Quijote, un periodo histórico en el cual podremos visitar alguna de las casas cueva, ermitas o iglesias. Perderse en el barrio de Albaicín es necesario para conocer el arquetipo de barrio manchego, con sus casas de teja árabe pintadas de blanco y azul añil. Es recomendable acceder hasta los molinos mediante un paseo a pie desde el centro histórico del municipio.

Qué visitar en Campo de Criptana: Pozo de Nieve, Cuevas, Museo Sara Montiel, Ermita Cristo de Villajos, Ermita Virgen de Criptana, Museo de Pósito Real, Museo Eloy Teno, Iglesia Ntra Sra de la Asunción.

Y como hablamos de turismo vinculado al mundo del vino, en esta ruta puedes visitar Bodegas Símbolo y Bodegas Castiblanque, y hacer un alto en el camino para comer en el Restaurante Cueva de Martina. Campo de Criptana se encuentra dentro de la Ruta del Vino de la Mancha.

2. Socuéllamos

Socuéllamos, posada de ilustres comendadores, es considerada la ‘Patria del Vino’. Es uno de los municipios productores de vino más importantes de la región.

El primer testimonio escrito de la existencia de Socuéllamos data de la época de Fernando IV (siglo XIII), llegando más tarde a convertirse en la tercera Encomienda de la Orden Militar de Santiago.

Socuéllamos te permite perderte en su casco histórico entre los edificios más antiguos de la villa: Iglesia de Nuestra señora de la Asunción, la Casa de la Encomienda, morada de grandes comendadores en la que un día se alojara Santa Teresa de Jesús, el Antiguo Consistorio… y como no, su Museo Torre del Vino, situado en la antigua estación de ferrocarril. La Torre del Vino es un edificio adaptado a las nuevas corrientes visuales y estéticas donde contar el mundo del vino en Socuéllamos y en La Mancha, un centro donde niños y mayores pueden conocer el producto que ha marcado la historia de este territorio.

Las bodegas más representativas a visitar son Cristo de la Vega, Finca El Refugio, Bodega EHD, o Bodegas Lahoz.

3. Valdepeñas

Como les gusta decir a ellos, la palabra Valdepeñas es sinónimo de ‘vino’. Y es que el vino identifica a esta localidad dentro y fuera de nuestras fronteras.

En Valdepeñas y dentro de su ruta del vino podemos encontrar bodegas, grandes y pequeñas, que conjugan tradición y modernidad, así como bares y restaurantes que cuidan su gastronomía con una extensa y variada cultura de tapas.

Valdepeñas además apuesta por la cultura y podemos encontrar museos de pintura, escultura, arqueología y su museo del vino (primero en Castilla-La Mancha) dónde se recoge la historia de la enología y del vino para el disfrute de todos.

Las bodegas a visitar son la antigua Bodega de los Llanos, Coop. Vinícola de Valdepeñas, Félix Solís, J.A. Megía e Hijos, Bodegas Navarro López y Bodegas Real.

4. Belmonte y Mota del Cuervo

El conocido Castillo de Belmonte, patria de Fray Luis de León, príncipe de los poetas líricos españoles. Belmonte es un conjunto monumental, declarado Conjunto Histórico Artístico de enorme magnitud en la provincia de Cuenca, que conserva importantes edificios civiles y religiosos, además de un impresionante recinto defensivo compuesto por castillo, murallas y puertas. Un lugar totalmente recomendable y ver la magnitud de la llanura manchega desde lo alto del castillo.

A 20 minutos en coche nos encontramos con Mota del Cuervo, dónde se alzan vigilantes siete molinos de viento. Conjunto destacado por su armonía y belleza, en 1967 recibe la denominación geoturística de «Balcón de La Mancha» por el inmenso horizonte que se contempla desde ellos desde el cual podemos contemplar espectaculares atardeceres. Atardeceres inmortalizados por Miguel de Cervantes en su magistral obra Don Quijote de la Mancha.

A camino entre Belmonte y Mota del Cuervo nos encontramos con Bodegas Mont Reaga, una parada obligatoria para visitar esta bodega integrada en un entorno natural y disfrutar el mundo del vino, el ocio y el relax.

Ya de paso a 15 min. de Mota del Cuervo te encuentras con El Toboso, cuna cervantina y dónde podremos visitar la Casa de Dulcinea. Esto sería hacer enoturismo en Castilla La Mancha.

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Castillo de Belmonte. Foto: Belmonte Oficial

5. Tomelloso

Tomelloso es otro de los municipios dónde el vino es sinónimo de cultura. Conocida como la Atenas de la Mancha, por ser cuna de ilustres pintores y escritores, de la talla de Antonio López Torres, Antonio López García, Francisco García Pavón, Eladio Cabañero, Félix Grande y un largo etcétera. Ciudad moderna y activa que conserva todos los valores y tradiciones que su historia le aporta.

Tomelloso es cultura y podemos disfrutar del Museo del Carro y Aperos, el Museo Antonio López, el Museo Infanta Elena o el Museo Virgen de las Viñas. Además Tomelloso tiene un tesoro oculto y son sus cuevas. Unas diez cuevas visitables que datan algunas de 1845 y muestran como ya entonces el vino era el motor económico de la ciudad. Durante el siglo XVIII va a experimentar Tomelloso un cambio en su fuente principal económica, y va a empezar a introducir la vid entre sus cultivos.

Bodegas a visitar: Bodegas Viña Ruda, Bodegas Verum, Bodegas San José entre otras, y  Virgen de las Viñas como la mayor cooperativa vinícola de Europa.

6. Alcalá del Júcar y la Manchuela

Alcalá del Júcar es la autentica belleza entre montañas, siendo uno de los pueblo más espectaculares de la provincia de Albacete. Su paisaje que forma la hoz del Júcar hace que en cuanto aparece sintamos la necesidad de parar el tiempo y observar la grandiosidad que nos presenta la naturaleza.

Déjate sorprender por la visita al Castillo del S. XII, de origen musulmán, restaurado en los años 70 y que consta de un torreón pentagonal y dos torrecillas circulares. Sus salas se dedican actualmente a exposiciones. El Puente Romano, el cual cobró importancia durante los siglos XIV y XV por ser aduana y su Plaza de Toros, única en su estilo por su forma irregular, te sorprenderá.

Alcalá del Júcar se encuentra dentro de la Ruta del Vino de la Manchuela donde recomendamos hacer una ruta en coche para visitar los diferentes municipios que componen esta ruta, disfrutar de sus campos, sus bodegas, vinos y gastronomía. Y es que la Manchuela se encuentra en un entorno privilegiado entre las provincias de Cuenca y Albacete.

Para comer podemos parar en Alcalá del Júcar y su restaurante El Mirador, en Motilla del Palancar, Casas Ibánez o Jorquera.

Bodegas a tener en cuenta: Bodega Finca el Carril Cruzado, Bodegas Iniesta, Bodegas Villavid, Bodega y Viñedo Moratalla, Bodega Vega Tolosa o Bodegas Florentino Pérez.

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Alcalá del Júcar. Foto @Spain

7. Uclés y Segóbriga

Uclés se extiende en las estribaciones de la Sierra de Altomira en un paisaje poblado de pequeños cerros y mesetas que le dan un aspecto ondulado a este rincón de La Mancha. El casco urbano está condicionado por la suave pendiente del cerro, coronado por el monumental castillo de origen árabe y reforzado después de la Reconquista. De la antigua fortaleza sólo quedan tres torres, de las cuales una es la torre albarrana y un lienzo de muralla.

La comarca de Uclés está comprendida por varios municipios. Si queremos hacer una de las rutas recomendabas por la denominación de origen Uclés, podemos aprovechar para visitar el parque arqueológico de Segóbriga y sus ruinas, poco conocidas pero con un gran valor histórico. Se puede hacer un alto para comer y visitar Bodega Finca la Estacada y como no, contemplar y disfrutar del Monasterio de Uclés y su historia.

8. Almansa

Situado en la provincia de Albacete, Almansa es conocido por su castillo, su embalse y la posibilidad de perderse por la Sierra de Mugrón haciendo senderismo. El Castillo de Almansa es una de las fortalezas que conserva la región y que fue restaurada en 2008. La construcción data de finales del siglo XIII o principios del siglo XIV. En su museo podrás conocer la historia de la famosa batalla que lleva el nombre de la localidad.

La comarca de Almansa destaca por el cultivo de su uva autóctona, la Monastrell, la Garnacha Tintorera y la Syrah. Siempre es recomendable visitar bodegas como Dehesa El Carrascal, Don Florentino o Bodegas Santa Cruz de Alpera.

Estos son sólo algunos lugares para hacer enoturismo en Castilla-La Mancha, pero quedan muchos más, empezando por las capitales de provincia, turismo asegurado. Y tú, ¿practicas turismo enológico? Haz turismo en Castilla-La Mancha y une la visita a una bodega junto con una cata de vino. Combinación perfecta.

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