Las bodegas confían en una exención del arancel al vino y reclaman la ratificación del acuerdo con Mercosur.
El sector confía en que se alcance pronto un acuerdo con Estados Unidos que permita eliminar el arancel al vino, una medida que está dejando huella en las exportaciones españolas, con una caída de cerca del 7% hasta julio.
Desde la Federación Española del Vino (FEV), su director general, José Luis Benítez, ha reconocido que el impacto de las tarifas impuestas por la Administración de Donald Trump todavía se nota, especialmente porque el estadounidense es uno de los mercados más relevantes para las bodegas españolas.
“Estados Unidos es un mercado crucial, muy desarrollado y donde llevamos invertido mucho dinero”, subraya Benítez, recordando que el sector del vino español es “netamente exportador” y está presente en casi 200 países.
Una mirada más amplia: abrir mercados y asegurar Mercosur
Ante este escenario, las bodegas no solo piden soluciones al conflicto con Estados Unidos, sino también avanzar en nuevos acuerdos comerciales. Benítez ha reclamado que se ratifique cuanto antes el acuerdo de Mercosur, una herramienta que considera “clave” para abrir oportunidades en América Latina y reforzar la posición internacional del vino español.
Marqués de Riscal: resistir sin subir precios
Desde el lado de las bodegas, el director general de Marqués de Riscal, Ricardo Diéguez, comparte la preocupación. Recuerda que los vaivenes políticos siempre acaban afectando al vino, “como ya pasó en 2019, con un impacto muy grande”.
“Los aranceles nos afectan considerablemente, pero seguimos apostando por Estados Unidos. Sabemos que esto pasará”, explica Diéguez, quien asegura que la bodega no ha subido los precios de sus vinos en el país norteamericano.
En su lugar, Marqués de Riscal ha optado por mantener la inversión y apoyar tanto a su importador como al consumidor final: “Estamos haciendo un esfuerzo de inversión, tanto interna como externa, para ayudar a nuestro importador y a los consumidores. No queremos que esto repercuta en el precio final del vino”, detalla el directivo.
Un sector que no se detiene
Pese a la incertidumbre, la FEV insiste en que no se puede dejar caer un mercado estratégico como el estadounidense, aunque también defiende que el futuro pasa por diversificar destinos y fortalecer acuerdos internacionales.
Con más de 200 países donde el vino español tiene presencia, el reto ahora —dicen las bodegas— es mantener la confianza, seguir apostando por la calidad y abrir nuevas puertas mientras el sector espera que las decisiones políticas no frenen su impulso.















