A pesar de la polémica, Junta y Diputación comprometidas con el éxito de FENAVIN.
Esta semana ha surgido una controversia en torno a la Feria Nacional del Vino (FENAVIN), un evento clave para el sector vinícola en España que se celebra en Ciudad Real. La polémica se desató tras el anuncio de la Diputación de Ciudad Real sobre su decisión de contar con un estand propio en la próxima edición de FENAVIN para «generar más oportunidades para los sectores vitivinícola y agroalimentario de la provincia».
El Gobierno de Castilla-La Mancha, a través de su vicepresidente segundo, José Manuel Caballero, ha expresado su desacuerdo con esta decisión, argumentando que «los experimentos, con gaseosa». Caballero cuestiona la necesidad de que la Diputación tenga un estand propio, sugiriendo que esto podría generar duplicidades y confusiones en un evento donde ya existen espacios dedicados a la promoción de los vinos de la región. «No quiero polemizar, pero sí es conveniente que lo que funciona no se toque o, al menos, los cambios se hagan de manera muy rigurosa», ha expresado Caballero.
A pesar de esta polémica, tanto el Gobierno de Castilla-La Mancha como la Diputación de Ciudad Real han confirmado su compromiso con FENAVIN y han asegurado que trabajarán juntas para que esta nueva edición sea un éxito. Ambas instituciones reconocen la importancia de este evento para el sector vinícola y se han comprometido a colaborar para impulsar la calidad, el valor añadido y la internacionalización de los vinos de la región.
Y es que la situación de FENAVIN parece vivir en un entorno de incertidumbre sobre su futuro a medio plazo. La irrupción de Barcelona Wine Week y su crecimiento año tras año podría interferir en el óptimo y exitoso desarrollo de la Feria Nacional del Vino.
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