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jueves 21, noviembre, 2024

Dormancia o latencia: la etapa de reposo de la vid en invierno

La vid en invierno, una etapa de reposo vital para la calidad del vino

El ciclo de vida de la vid, Vitis vinifera, es fascinante y complejo, marcado por diversas etapas fenológicas que influyen directamente en la calidad de las uvas y, por ende, en la producción de vino. Una de las fases más críticas es la etapa de reposo invernal, que ocurre durante los meses fríos del año. Esta etapa desencadena una serie de procesos fisiológicos cruciales para el desarrollo saludable de la vid en la próxima temporada de crecimiento.

Dormancia de la vid

La etapa de reposo invernal, también conocida como dormancia, es esencial para la supervivencia de la vid. Durante este período, la planta experimenta una disminución activa de la actividad metabólica, permitiéndole conservar energía y prepararse para el próximo ciclo de crecimiento. Este descanso temporal es fundamental para la resistencia a las condiciones climáticas adversas y la adecuada sincronización de eventos fenológicos en la primavera.

La etapa de reposo de la vid en invierno tiene varias funciones y beneficios para la planta. Por un lado, permite a la vid adaptarse a las condiciones climáticas adversas, como las heladas, la sequía o la nieve, que podrían dañar sus tejidos y órganos. Por otro lado, favorece el equilibrio entre el crecimiento vegetativo y la producción de frutos, evitando el agotamiento de la planta y asegurando su longevidad. Además, contribuye a la calidad de la uva y del vino, ya que influye en el ritmo de maduración, la concentración de azúcares, la acidez y los aromas.

Resistencia al frío

La etapa de reposo de la vid en invierno se puede dividir en dos fases: la dormancia profunda y la dormancia ecológica. La dormancia profunda se caracteriza por la ausencia de crecimiento y la resistencia al frío. La vid entra en esta fase cuando la temperatura desciende por debajo de los 10°C, y permanece en ella hasta que la temperatura supera los 12°C. Durante esta fase, la vid no responde a los estímulos externos, como la luz o el agua, y solo se activa si se produce un aumento brusco de la temperatura.

La dormancia ecológica se caracteriza por la posibilidad de crecimiento y la sensibilidad al frío. La vid entra en esta fase cuando la temperatura se mantiene entre los 12°C y los 18°C, y sale de ella cuando la temperatura supera los 18°C. Durante esta fase, la vid puede reanudar su actividad vegetativa si las condiciones ambientales son favorables, pero también puede sufrir daños si se produce una helada tardía.

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