Viticultores solicitan apoyo para el arranque de viñedo como medida ante la crisis.
A veces, en la vida, dicen que hay que dejar marchar, soltar a alguien o algo para recuperar el rumbo y centrarse. Cuando ya se han intentado todas las soluciones posibles y no parece haber forma de resolver el «problema», se toma una de las decisiones más radicales: decir adiós y avanzar. En el sector del vino, el arranque de viñedo se perfila como una —quizás la única— medida para salvar a los viticultores y la industria.
Cuando las existencias de vino se acumulan año tras año en los depósitos de numerosas bodegas y cooperativas, cuando el consumo de vino baja o apenas crece un 1,3% en el último año, y cuando el número de bodegas en España desciende o cierra, las decisiones que se toman suelen ser drásticas.
Posición de los viticultores
Muchos viticultores lo tienen claro, y algunas asociaciones agrarias ya lo están solicitando. ASAJA, COAG y UPA enviaron un escrito el 12 de septiembre al ministro solicitando medidas para salvaguardar el futuro de los viticultores españoles. Hace un año ya hablamos de cómo empezaba a circular la idea del arranque de viñedo como solución anticrisis, y ahora cobra cada vez más fuerza. Especialmente cuando hemos visto que nuestro país vecino, Francia, ya ha iniciado un programa para arrancar 39.000 hectáreas (un 5% de su superficie), con una autorización de la UE para otorgar ayudas estatales por valor de 120 millones de euros. A su vez, en La Rioja, Bodegas Familiares también planteaba este verano el arranque con ayudas para 6.700 hectáreas sólo en la región.
Y es que el precio de la uva en España en los últimos años sirve de termómetro para reflejar también la situación del sector. Año tras año, los viticultores denuncian los cada vez más altos costes de producción y el escaso o nulo beneficio de sus explotaciones. ¿Qué ocurre como resultado? Abandono de explotaciones y, quizás lo más preocupante, el nulo interés de los jóvenes por invertir en viticultura como una salida laboral.
Posición institucional
Llama la atención la supuesta negativa inicial del ministro de Agricultura que ha circulado en los últimos días. Sin embargo, pocos días después, Luis Planas, durante su visita a las Bodegas Ramón Bilbao, expresó la necesidad de una «reflexión» sobre el sector del vino y se mostró dispuesto a «dialogar» sobre el arranque de viñedos. No obstante, descartó que la situación en España sea comparable a la de Francia (donde ya se han previsto ayudas para el arranque). Por su parte, COAG denuncia que el “no” de Planas pone en riesgo el abandono de más de 95.000 hectáreas de viñedo, lo que equivale al 10% de la superficie total (950.000 hectáreas de viñedo en España). Según ha recogido Europa Press, el Ministro ha desmentido haber mostrado una «negativa radical» al arranque de viñedos, aclarando que es una persona «poco dogmática» y que le sorprende que se le haya «atribuido» esa postura.
La viña se enfrenta hoy a uno de sus mayores desafíos. La opción del arranque se presenta como una medida extrema, pero para algunos es una oportunidad de adaptación y de dar un paso al frente. Mientras tanto, el sector observa atentamente consciente de que las decisiones tomadas definirán el futuro de la viticultura española y de muchas familias que dependen de ella.
