El objetivo de VITIBOSC es evaluar la idoneidad de las especies seleccionadas y monitorear los efectos sobre la producción, biodiversidad y suelo.
Ante los efectos crecientes del cambio climático sobre el cultivo del viñedo, que reduce tanto la producción como la calidad organoléptica del vino, el proyecto VITIBOSC apuesta por una solución innovadora y sostenible: la integración de árboles y arbustos en viñedos ecológicos, mediante sistemas agroforestales.
El proyecto está liderado por la Dr. Laura Armengot del grupo de investigación en agroecología del Instituto de Investigación de la Biodiversidad de la Universidad de Barcelona.
Beneficios de los sistemas agroforestales
Los sistemas agroforestales surgen como una estrategia innovadora para adaptar el cultivo de los viñedos a las nuevas condiciones ambientales. Esta práctica, que consiste en la integración de árboles, arbustos y otras plantas perennes dentro de parcelas agrícolas, ofrece una amplia gama de beneficios tanto para el medio ambiente como para la producción vitivinícola.
Una de las ventajas más inmediatas es la mejora del microclima. Los árboles proporcionan sombra parcial a los viñedos, lo que ayuda a reducir la temperatura del suelo y del aire, minimizando el estrés térmico de las plantas. Esta sombra puede retrasar la maduración de la uva, mejorando su calidad y evitando pérdidas de rendimiento.
También pueden tener un impacto positivo sobre la salud del suelo y mejora la fertilidad. Las raíces de los árboles aportan materia orgánica y descompactan la tierra mejorando así la infiltración de agua. Además, la incorporación de los restos de poda en el suelo incrementa la materia orgánica.
Otro beneficio clave es el aumento de la biodiversidad. La combinación de estratos vegetales crea hábitats que pueden favorecer un ecosistema más equilibrado y resiliente. Esta diversidad biológica puede atraer a enemigos naturales de plagas del viñedo, reduciendo la dependencia de productos fitosanitarios.
Desde un punto de vista ambiental, los árboles actúan como fijadores de carbono, capturando CO₂ atmosférico y contribuyendo a la mitigación del cambio climático. Esta función puede tener un valor económico añadido mediante la generación de créditos de carbono.
Por último, los sistemas agroforestales permiten diversificar la producción agrícola. La introducción de árboles frutales u otras especies con valor comercial puede generar ingresos adicionales, reduciendo la dependencia en la uva y mejorando el potencial económico de los cultivos.
Proyecto VITIBOSC
El proyecto VITIBOSC tiene previsto una duración inicial de 2 años donde se implementará y evaluará un sistema agroforestal ecológico altamente diversificado. En abril de 2025, se estableció una parcela piloto de casi 1 hectárea en una finca de Bodegas Familia Torres, situada en la región vitivinícola del Penedès.
El proyecto, pionero en Cataluña, busca adaptar el cultivo del viñedo a las nuevas condiciones climáticas mediante la mejora del microclima y la reducción del estrés hídrico y térmico, además de contribuir a la mitigación del cambio climático con la captura de CO₂ en los árboles y en el suelo. Durante el desarrollo del proyecto se evaluará la idoneidad del diseño agroforestal así como de las especies plantadas, teniendo en cuenta la supervivencia, crecimiento, sombra y cantidad biomasa generada con la poda.
Además, se hará un seguimiento de la diversidad de flora y fauna del suelo y se medirá cómo cambia la materia orgánica en el tiempo. Para estudiar la viabilidad de la implementación del sistema, se tendrán en cuenta los costes de instalación, así como la gestión extra que puede suponer el mantenimiento de los árboles.
Los resultados y conocimientos obtenidos se compartirán con el sector vitivinícola a través de jornadas de divulgación abiertas, con el objetivo de fomentar la transición hacia prácticas más resilientes y sostenibles.
Una noticia de la Universidad de Barcelona