Denominación de Origen Jumilla: un territorio con alma de monastrell y vinos que hablan por sí solos.
España, con un total de 148 sellos de calidad en sus vinos —repartidos entre 105 Denominaciones de Origen Protegidas (DOP) y 43 Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP)—, es un país con un enorme potencial vitivinícola. Por ello, resulta imprescindible difundir catas que den a conocer y promuevan los vinos de zonas concretas de nuestra geografía.
En esta ocasión, desde VinosCLM MEDIA hemos asistido a la cata organizada por la Asociación Española de Periodistas y Escritores del Vino (AEPEV) y la Denominación de Origen Jumilla, en colaboración con la Asociación Española de Cata. El objetivo: conocer mejor dicha denominación, sus bodegas, sus vinos y su variedad por excelencia: la monastrell.
El evento, dirigido por Carolina Martínez, secretaria general del CRDOP Jumilla, contó con la presencia de 9 de los 12 vinos mejor valorados en el Certamen de Calidad Vinos DOP Jumilla 2025. Unos vinos que actúan como carta de presentación en los distintos eventos a los que la denominación asiste a lo largo del año, ya sean gastronómicos, promocionales, o de otra índole.
El Certamen de Calidad Vinos DOP Jumilla ha celebrado este año su 31.ª edición, siendo un fiel reflejo de la evolución de los vinos de la zona. Cabe destacar, y aclarar, que la Denominación de Origen Jumilla es una de las cuatro denominaciones supraautonómicas que hay en España. ¿Qué significa esto? Que su territorio abarca dos comunidades autónomas: Murcia y Castilla-La Mancha. Esto se debe a la historia administrativa de España, ya que la DOP Jumilla se fundó en 1966, cuando Albacete y Murcia pertenecían a la misma comunidad. Posteriormente, en 1982, Albacete se integró en la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha, tras la aprobación de su Estatuto de Autonomía. A pesar de esta separación administrativa, las bodegas decidieron seguir unidas, llegando hasta hoy con más de 20.000 hectáreas de viñedo, repartidas en un 60 % en el extremo sureste de la provincia de Albacete —Hellín, Montealegre del Castillo, Fuente Álamo, Ontur, Albatana y Tobarra— y el 40 % restante en el norte de Murcia, en el municipio de Jumilla.
Los suelos de la denominación son pardos, pardo-calizos y calizos, con gran capacidad hídrica y permeabilidad media. Estas condiciones permiten a las viñas resistir sequías prolongadas, aprovechando eficientemente el agua disponible. Son suelos pobres en materia orgánica, con una estructura que impide la propagación de la filoxera, pH alto, baja salinidad y una textura franca y franco-arenosa, que favorece la aireación. El viñedo se sitúa a una altitud que oscila entre los 350 y los 980 metros. Un terruño único que se reconoce fácilmente al dejar atrás la llanura manchega y adentrarse en Tobarra, donde comienza la «identidad de un territorio».
Con un clima semiárido continental con influencia mediterránea, el 80 % de las viñas se cultivan en vaso, con poda corta de entre 3 y 4 brazos. La variedad monastrell es la joya de la DOP Jumilla, con el 90 % de las viñas viejas dedicadas a esta uva, seguida por airén (5 %) y garnacha tintorera.
Cata vinos DOP Jumilla
Durante la sesión de cata de vinos DOP Jumilla se degustaron: Carchelo Orange Airén de Bodegas Carchelo, Castillo San Simón Monastrell de García Carrión, Infiltrado Syrah ecológico de Casa de la Ermita (Mención Especial al Mejor Vino Ecológico en el pasado certamen), Marzas Monastrell 2024 de Bodegas Delampa (Mención Especial al Mejor Vino Monastrell), Casa de la Ermita Roble Monastrell-Petit Verdot de Casa de la Ermita, Alceño 12 Monastrell Cepas Viejas 2022 de Bodegas Alceño, Sabatacha Monastrell Crianza 2020 de Bodegas BSI, Amatus 2023, vino dulce monastrell de Bodegas Bleda, y un naturalmente dulce como Lacrima Christi, también monastrell, de Bodegas BSI.

Los vinos tintos de la DOP Jumilla, que representan el 90 % de su mercado, son muy expresivos en nariz, con una frutosidad marcada por frutas negras, maduras, cerezas y fresas. Los blancos, que suponen un 5 %, suelen ser vinos brillantes y llenos de matices, con tonalidades que van del amarillo verdoso al amarillo pálido, y aromas afrutados y cítricos. Por su parte, los rosados (el 4 %) se expresan en tonalidades muy atractivas como el rosa, la frambuesa y la cereza. Son vinos frutales y carnosos en boca, con una persistencia media. Mientras, los vinos dulces —como bien pudimos comprobar en la cata— presentan un color rojo violáceo o rojo teja, e incluso marrón en los casos de envejecimientos muy prolongados. Tienen una intensidad media a muy alta, con aromas maduros de carácter frutal que pueden ir acompañados de notas balsámicas y especiadas.
Con más de 21 millones de botellas vendidas en 2024, el 62% corresponden a exportación y el 38% restante al mercado nacional. Estados Unidos, Alemania, Canadá, Reino Unido y China, en este orden, son los cinco principales mercados de la DOP Jumilla en el exterior.