Castilla-La Mancha alberga casi la mitad del total de superficie de viñedo en España.
Uno de los principales activos con los que cuenta Castilla-La Mancha son sus viñedos, que se extienden a lo largo de más de 456.000 hectáreas (en media del periodo 2016- 2020), de acuerdo con el Registro Vitícola CCAA. Ello hace que Castilla-La Mancha tenga del 48% de la superficie de este cultivo en el conjunto de España y más del 6% de la superficie mundial (considerando que esta última ronda los 7,4 millones de hectáreas, según la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV)). A lo largo de este artículo vamos a trasladar algunos datos del sector vitivinícola Castilla-La Mancha según un estudio presentado por la Interprofesional del Vino de España (OIVE).
Algunos datos sector vitivinícola Castilla-La Mancha
En torno a dos de cada tres hectáreas de viñedo de uva para vinificación en Castilla-La Mancha corresponden a cultivo de secano, aunque en los últimos años se ha reducido esta modalidad en favor del regadío, como consecuencia, entre otros, de los efectos del cambio climático. En paralelo, se ha producido cierta diversificación en cuanto a las variedades de uvas cosechadas en la región, incluyendo la recuperación de algunas variedades autóctonas.
Castilla-La Mancha es la región española con más hectáreas destinadas al cultivo ecológico. Más del 13% de la superficie total de cultivo de vid castellanomanchega presenta esta modalidad, ocupando 61.260 hectáreas en 2019 (último año disponible, MAPA). Se trata de un cultivo para el que la región cuenta con una posición ventajosa, dadas las condiciones climáticas y tipo de suelo existentes.
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Denominaciones de origen en C-LM
Por otro lado, en Castilla-La Mancha se localizan 20 Denominaciones de Origen Protegidas (DOP), es decir, un 21% de las existentes en España. La mayor, en términos de superficie es La Mancha (con 155.602 hectáreas inscritas al final de la campaña 2017/2018), seguida, aunque a distancia, por la de Valdepeñas (21.832 hectáreas). Además, también existe una Indicación Geográfica Protegida (IGP).
Dentro del territorio castellanomanchego, la mayor superficie de viñedo se encuentra en la provincia de Ciudad Real que aglutina en torno al 36% del total. Le sigue Toledo, con una de cada cuatro hectáreas de viñedo de uva de vinificación de la región. Por detrás si sitúan las provincias de Albacete y Cuenca, con un 19% cada una. Mientras que Guadalajara apenas cuenta con plantaciones de vid.
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Algunos datos de viñedo en los pueblos de Castilla-La Mancha
En términos de presencia de viñedo a escala municipal, cabe indicar que en Castilla-La Mancha existe cerca de medio millar de municipios con actividad vitivinícola. Toledo es la provincia con un mayor número de municipios con viñedo (159 municipios), que representan el 78% del total provincial. A continuación se sitúa Cuenca, con 150 municipios en los que está presente el viñedo y que suponen el 63% del total de la provincia. Le siguen, con algo más de 70 municipios en los que se cultiva la vid, Albacete (85% de los municipios de la provincia) y Ciudad Real (70%). Por último, Guadalajara registra 43 municipios (15%) con este tipo de cultivo.
El colectivo de viticultores castellanomanchegos supera los 79.700
El cultivo de la vid y otras actividades vitivinícolas ayudan a la fijación de población al territorio, limitando las dinámicas de despoblación en el entorno rural, y suponen una importante fuente de ingresos para muchas familias castellanomanchegas. Distintos profesionales del sector en esta región, que han sido consultados en el marco del presente estudio, coinciden en señalar que existe una retención de jóvenes en el campo, y que quizás pueda intensificarse tras la pandemia como consecuencia de los aprendizajes derivados de la misma (preferencia por un mayor contacto con la naturaleza, por viviendas más amplias, por zonas sin aglomeraciones, etc.).
En Castilla-La Mancha desarrollan su actividad 79.748 viticultores (según datos del MAPA, a 31 de julio de 2020). La Denominación de Origen La Mancha es la que tiene asociado un mayor número de viticultores: 14.730 en la campaña de 2017/2018 (último dato disponible del MAPA). Son varios los factores que influyen en la fijación de población al territorio. Entre ellos, cabe destacar que la viticultura es una actividad que, a diferencia de otros cultivos que pueden ejercer de competidores en algunas zonas de Castilla-La Mancha (como puede ser el olivar, el almendro o el pistacho), presenta una elevada dependencia del factor trabajo, exigiendo dedicación durante todo el año.
Asimismo, junto con la mayor profesionalización de los viticultores, a la que también han contribuido las Agrupaciones de Sanidad Vegetal y otras entidades de la cadena de valor vitivinícola, se ha venido observando un cambio en la tipología de explotaciones, en aras de su viabilidad y sostenibilidad. Así, aunque se mantienen parcelas de tamaño limitado (en muchos casos por el valor sentimental hacia este cultivo), existe una tendencia de incremento del tamaño de las explotaciones, para facilitar la mecanización y la consecución de niveles de rentabilidad suficientes, aprovechando las economías de escala. Un fenómeno que está permitiendo que la viticultura contribuya a la empleabilidad en municipios de tamaño pequeño o mediano. Aunque el aumento del tamaño de las explotaciones también está llevando a concentraciones parcelarias, pudiendo involucrar a más de un municipio y con ello generar cierta redistribución de la población en las comarcas vitícolas.
Fuente: OIVE.
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