En 2015 comenzó un trabajo en España para estudiar esta técnica de forzado de rebrote de la vid.
El cambio climático ha provocado adelantos significativos en el período de cosecha de la uva de vinificación. El aumento de las temperaturas durante toda la temporada de crecimiento, junto con las condiciones más cálidas durante la maduración, puede conducir a la producción de vinos desequilibrados con altos niveles de alcohol, baja acidez, aroma varietal modificado y falta de color.
Una de las estrategias más prometedoras para mitigar estos efectos negativos consiste en retrasar la maduración de las bayas hasta condiciones más frescas. Con el objetivo de postergar la maduración de la uva por más de dos meses, se ha investigado una técnica innovadora conocida como forzado del rebrote de la vid. Esta técnica implica cortar los brotes verdes entre el segundo y el tercer nudo de cada brote en diferentes estados fenológicos (desde el estado G hasta el estado K, según el sistema de Baillod y Baggiolini, 1993). Además, se eliminan las hojas y los brotes laterales del primer y segundo nudo.
Dependiendo de la etapa fenológica de las vides durante el tratamiento de forzado, la maduración de la fruta se puede desplazar de un mes a más de dos meses. Esto permite cambiar el tiempo de cosecha del cálido agosto al más fresco octubre y noviembre. Las vides tratadas con esta técnica produjeron bayas más pequeñas con menor pH, mayor acidez y una mayor concentración de antocianinas en comparación con las vides no forzadas.
Este tratamiento se ha demostrado como una técnica eficaz para restaurar la relación antocianina-azúcar, que se ve afectada por el calentamiento climático. Al adoptar esta práctica, los viticultores pueden producir vinos de mejor calidad y más equilibrados, a pesar de los desafíos que presenta el cambio climático.
Fuente: ICVV. Publicado VITIS Journal of Grapevine Research.
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