La tempranillo tinto revela su origen en el valle del Ebro y su expansión hacia Portugal.
Un equipo de investigadores ha logrado desentrañar el linaje y origen de la variedad tempranillo tinto, la uva reina del vino español. Su origen se sitúa en el valle del Ebro, fruto del cruce natural entre Albillo Mayor y Benedicto, y desde allí se expandió hacia el Duero y Portugal. Este hallazgo, basado en análisis genómicos, permitirá seleccionar clones mejor adaptados al cambio climático.
La tempranillo tinto, variedad que protagoniza algunos de los vinos más conocidos de España y la tercera variedad de uva vinífera más cultivada del mundo, tiene ya trazado su árbol genealógico. Un estudio reciente, llevado a cabo en la Facultade de de Bioloxía de la Universidade de Santiago de Compostela, ha utilizado técnicas de secuenciación genómica para identificar el origen, las rutas de dispersión y las variantes clonales de esta histórica uva.
Según el análisis de 185 muestras procedentes de viñedos tradicionales en España y Portugal, la tempranillo nació del cruce espontáneo entre las variedades albillo mayor y benedicto. La investigación sitúa su origen en la cuenca alta del río Ebro, en el norte peninsular, desde donde comenzó su expansión a lo largo del valle del Duero y hacia el sur de Portugal.
Gracias a la identificación de 23 genotipos diferentes, los científicos han podido reconstruir la historia de propagación de la variedad y confirmar que ciertas características clave —como la maduración tardía o un menor contenido de azúcar en la uva— han surgido de forma independiente en distintas zonas, lo que ofrece nuevas oportunidades para la mejora clonal.
El estudio cobra especial importancia en un contexto marcado por el cambio climático. Seleccionar variantes de tempranillo más resistentes o mejor adaptadas a condiciones de calor extremo será vital para preservar la calidad y sostenibilidad del vino en los próximos años.
En la actualidad, la tempranillo ocupa más de 200.000 hectáreas en España y está presente en más de 30 denominación de origen, además de ser también la variedad más plantada en Portugal. Esta nueva mirada a su origen y evolución genética no sólo refuerza su valor histórico y cultural, sino que abre la puerta a estrategias más eficaces para conservarlo y mejorarlo.
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