Así lo refleja el informe “Relevancia económica y social del sector vitivinícola en España y el relevo generacional 2025”.
En España, 3 de cada 4 explotaciones vitícolas están en manos de personas mayores de 50 años, y en algunas zonas como Galicia o Castilla y León, más del 40% las gestionan profesionales de más de 65. ¿Dónde están los jóvenes para el relevo generacional del campo? Brillan por su ausencia.
Pues bien, según un informe presentado en Expo Sagris por la Interprofesional del Vino de España (OIVE), elaborado por Afi, España necesita incorporar al menos 22.600 jóvenes al sector del vino en los próximos años. Si no lo hacemos, el relevo generacional se convertirá en un problema estructural.
¿Quién va a cuidar la viña?
“El campo envejece. Y no es solo un tema de edad, también de oportunidades”, decía Susana García, directora de la OIVE. Porque claro… ¿qué joven va a querer quedarse si lo que le espera es precariedad, poca visibilidad o trabas para emprender?
El estudio deja clara una cosa: cuando los jóvenes se quedan, las explotaciones funcionan mejor. Son más productivas, más grandes, más tecnológicas. Y, además, más formadas: el 33% de los menores de 41 años tiene estudios superiores agrarios, frente al 2% de los mayores de 65. No es casualidad.

Relevo generacional en el campo: Modernizar o morir
La clave, dicen, está en modernizar y formar. Porque una finca con acceso a internet, maquinaria adecuada y alguien al mando con preparación, reduce hasta 16 puntos el riesgo de quedarse sin relevo.
Es lógica. Más tecnología, más formación, más facilidades… más futuro.
Y eso también lo sabe Fernando Ezquerro, presidente de la OIVE, que lanza una advertencia con tono de urgencia: “Esto no es solo cosa del sector. Necesitamos un plan nacional. Coordinado, firme y con recursos. Porque el vino es más que un producto: es cultura, economía y vida para muchas zonas rurales”.
¿Y si perdemos todo esto?
Hablemos de números. El vino español no es cualquier cosa:
– Más de 924.000 hectáreas de viñedo (¡13% del viñedo mundial!).
– Tercer productor de vino del planeta.
– Segundo exportador en volumen y tercero en valor: 3.500 millones de euros.
– 22.350 millones de euros en valor añadido.
– Más de 386.000 empleos generados (el 2% del empleo nacional).
– 4.260 millones de euros al año para las arcas públicas.
En otras palabras: el vino es motor. Es raíz. Es empleo. Y es futuro. Y es que el relevo generacional en nuestro campo es una realidad importante.
Esto va de algo más que campo y uvas. Sí, esto va de vino. Pero también va de pueblos vivos. De jóvenes con opciones. De no dejar morir un patrimonio que llevamos en el ADN. La conclusión es clara, si no empezamos a mirar el campo como una oportunidad —y no como un castigo—, llegará un día en que queramos brindar con un vino de aquí… y no quede nadie para hacerlo.
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