Fuertes tormentas en Castilla-La Mancha preocupan a los viticultores de la zona de Toledo.
El martes 13 de junio se esperaban lluvias y fuertes tormentas en Castilla-La Mancha, unos avisos que pusieron en alerta amarilla a cuatro provincias de la región: Albacete, Cuenca, Guadalajara y Toledo.
La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) anunció para ese día intervalos nubosos, tendiendo a nuboso en horas centrales y disminuyendo a poco nuboso desde el oeste al final de la tarde. Unas previsiones que se cumplieron al producirse chubascos y tormentas ocasionalmente fuertes con importantes granizadas en algunas zonas. Las temperaturas máximas oscilaron entre los 21 y 25 grados.
Granizo en Castilla-La Mancha
Según la Agencia Estatal de Meteorología de Castilla-La Mancha y según el registro de las diferentes estaciones meteorológicas, la zona de Beteta (Cuenca) registro un acumulado de 23,2, seguido de Molina de Aragón (Guadalajara) con 21,8 litros.
En la provincia de Toledo, diferentes términos municipales han experimentado importantes tormentas de granizo, afectando a los campos de manera directa en un momento delicado particularmente para los viñedos. Pueblos como Seseña, Sonseca, Corral de Almaguer, Villanueva de Alcardete, Quintanar de la Orden, Madridejos o Cabeza Mesada vivieron episodios de importantes tormentas de granizo.
Consecuencias de las tormentas en las viñas
Las tormentas de granizo y lluvia pueden afectar a viñedos y su ciclo biológico en junio de varias maneras, dependiendo de la intensidad y duración de las tormentas, así como de la etapa de desarrollo de la vid en ese momento. Aquí hay algunos posibles impactos:
Daño directo a los brotes: El granizo puede golpear los brotes tiernos, dañándolos o incluso rompiéndolos. Esto puede resultar en la pérdida de yemas de crecimiento y, en consecuencia, reducir el potencial de producción de frutas.
Daño a las hojas: El granizo y las lluvias intensas pueden causar daños en las hojas de las vides. Las hojas dañadas pueden reducir su capacidad para realizar la fotosíntesis y producir nutrientes, lo que afecta negativamente el crecimiento y desarrollo de la vid.
Erosión del suelo: Las lluvias intensas pueden causar erosión del suelo en los viñedos. El agua en exceso puede lavar los nutrientes y sedimentos del suelo, dejando a las vides con menos recursos para su crecimiento y desarrollo adecuados.
Enfermedades fúngicas: Las condiciones húmedas y cálidas después de las tormentas pueden favorecer el desarrollo de enfermedades fúngicas, como el mildiu o el oidio, que pueden afectar tanto a las hojas como a los racimos de uvas. Estas enfermedades pueden dañar la salud de las plantas y reducir la calidad y cantidad de la cosecha.
Exceso de agua: Las precipitaciones abundantes pueden saturar el suelo, lo que dificulta el acceso de las raíces de las vides al oxígeno y puede provocar el encharcamiento del suelo. Esto puede afectar la absorción de nutrientes y causar asfixia radicular, debilitando la salud general de la planta.
¿Cómo se producen las tormentas y qué es una DANA?
Las tormentas de granizo ocurren cuando hay una combinación de condiciones atmosféricas adecuadas, como una masa de aire inestable y una fuerte convección, que permite la formación de nubes de tormenta que pueden generar granizo.
Una DANA es una Depresión Aislada en Niveles Altos y significa lo mismo que gota fría. Es una depresión atmosférica aislada en niveles altos que se produce por el choque de una masa de aire frío en altura con el aire caliente de la superficie.
Durante estas tormentas, las gotas de agua en las nubes se elevan a altitudes donde la temperatura es lo suficientemente fría para congelarse. Luego, estas gotas congeladas, llamadas núcleos de hielo, pueden crecer en tamaño a medida que colisionan con otras gotas de agua líquida. Finalmente, cuando estas partículas de hielo son demasiado pesadas para ser sostenidas por la corriente ascendente de aire, caen al suelo como granizo.
Las tormentas de lluvia, por otro lado, pueden estar asociadas con frentes atmosféricos, áreas de baja presión o incluso tormentas eléctricas. Estas pueden generar precipitaciones intensas y localizadas en un corto período de tiempo, lo que puede resultar en inundaciones temporales y causar problemas en el drenaje de áreas urbanas.