La relación consumo de vino con la salud analizada en estos estudios.
Los estudios alrededor del vino son muchos y es que universidades y revistas especializadas de todo el mundo analizan cómo los componentes del vino influyen en la salud. La relación consumo de vino con la salud viene de muchos años atrás.
Estos estudios vinculan que el consumo moderado de vino es beneficioso para la salud debido principalmente a los componentes que provienen de la uva.
A lo largo del año hemos publicado varios de estos estudios y que os resumimos a continuación:
Relación entre el Alzhéimer y el vino tinto
Este estudió fue llevado a cabo por el grupo de neuroquímica de la Universidad de Castilla La Mancha. Según el estudio, el resveratrol podría tener un efecto neuroprotector frente a enfermedades neurodegenerativas como el Alzhéimer.
Cómo afecta el vino tinto en la salud intestinal
En la revista Gastroenterology un equipo de investigadores del King´s College de Londres publica un artículo con los efectos del vino tinto en la salud intestinal. Las personas que beben vino tinto tenían una mayor diversidad de microbiota intestinal (un signo de salud intestinal) en comparación con los bebedores de otro tipo de licores o vino blanco. También hay una asociación de estos efectos con niveles más bajos de obesidad y colesterol ‘malo’.
Con moderación el vino tinto podría ayudar a prevenir la diabetes
En el artículo de la prestigiosa revista médica “European Journal of Clinical Nutrition” se señala que el consumo de vino con moderación podría ser beneficioso para la diabetes tipo 2, ya que el vino ayuda al organismo en su producción de insulina, mejora el metabolismo de la glucosa y aumenta el colesterol beneficioso (HDL) en los pacientes diabéticos. En la misma línea, el vino no contiene productos glucídicos asimilables por el hombre; por lo tanto, no produce alteración sobre el equilibrio metabólico de un paciente diabético.
La dieta mediterránea y el consumo moderado de vino mejoran la salud cerebral
El vino, en el contexto de la dieta mediterránea, por su elevada presencia de antioxidantes en su composición reduce la inflamación, impiden que las arterias se endurezcan e inhiben la coagulación, lo que mejoraría el riego sanguíneo.
También se ha demostrado que los polifenoles, presentes en esta bebida, son buenos para mejorar positivamente la cognición de nuestro cerebro y conseguir mejorar nuestro estado de ánimo y, en consecuencia, reducir la angustia, la ansiedad y la posibilidad de sufrir depresiones.
Conclusiones
Ante todos los estudios presentados hay que recordar que el vino es una bebida alcohólica. Una bebida prohibida para menores de edad y con efectos negativos ante un consumo abusivo. La relación consumo de vino con la salud siempre hay que analizarla desde el consumo moderado.