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viernes 29, marzo, 2024

Beneficios del vino en la enfermedad coronaria

Es común encontrar estudios en la literatura médica que relacionen el consumo de un alimento o la ingesta de nutrientes con un efecto sobre la salud de las personas. Se realiza una revisión bibliográfica orientada a la dieta, estilos de vida y factores de riesgo en relación con el desarrollo de enfermedad coronaria. De igual manera, se analiza el efecto del alcohol proveniente del vino como sustancia con acciones benéficas en el desarrollo de la patología cardiovascular.

Alcohol y su relación cardiovascular

La descripción de la relación alcohol (vino)-corazón resulta un dilema complejo. La enfermedad aterosclerótica presenta una patogenesia multifactorial no del todo clara, y los efectos benéficos del alcohol son poco conocidos o mal difundidos (Moushmoush, 1991).

Existen múltiples diferencias entre las distintas bebidas alcohólicas (vino, cerveza, licores) tales como su contenido alcohólico, azúcares y los aminoácidos propios de cada una. Su forma de consumo es otra gran diferencia, como por ejemplo el vino, que se acostumbra consumirlo diariamente en tiempos de comida. El consumo de vino en relación con la frecuencia y la cantidad (volumen de ingesta) es distinto a otras bebidas de esta índole.

El vino

El vino se ha clasificado como un alimento funcional debido a su contenido de elementos considerados beneficiosos para la salud. Contiene más de 500 compuestos derivados de la fermentación y de las uvas. Se le atribuye al etanol y a los compuestos no etanólicos (polifenoles) las acciones vaso y cardioprotectores (Castro, 2016).

Se ha postulado una relación inversa entre el consumo moderado del alcohol y la incidencia de la enfermedad coronaria. Los individuos que beben una o dos copas diarias (10-30 g de alcohol) presentan un menor riesgo de enfermedad coronaria especialmente sobre los abstemios (Mukamal, et. al., 2003).

Para que el vino ejerza su acción cardioprotectora se deben cumplir dos condiciones importantes: dosis y hábitos de consumo. Se debe beber moderada y habitualmente.

Dosis ideal de alcohol

La dosis es la cantidad de una sustancia que debe consumir una persona para alcanzar una respuesta, en este caso, la cantidad de alcohol. Un litro de vino (1000 ml) con 13-14% de alcohol tiene 140 ml de alcohol etílico. La densidad del alcohol es de 0.8 g/L; por lo tanto, un litro de vino contiene 96 gramos de alcohol puro.

La dosis ideal capaz de disminuir el riesgo cardiovascular es de 12-25 g/diario (una copa de 100 ml. mujeres y dos hombres). Se ha demostrado que una dosis sobre 30 gramos de alcohol (aproximadamente tres copas de 100 ml) aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular (Organización Mundial de la Salud, 2002).

Composición del vino

El vino es el resultado de una fermentación alcohólica de la uva. Pasteur (1822-1895) hace una descripción de la composición de estas fermentaciones. Estas mezclas están compuestas entre un 70-80% de agua y 20% de otros componentes propios del mosto o formados en los procesos fermentativos.

Finalmente, se agregan sustancias que aparecen durante la conservación y crianza, además de azúcares, alcoholes, ácidos orgánicos, sales, sustancias nitrogenadas, compuestos fenólicos.

En los vinos tintos como parte de la maceración de parte sólidas como hollejos, semillas y raspones (ramas) se producen colorantes conocidos como antocianinas y compuestos fenólicos (fenoles tánicos).

Entre estos compuestos polifenólicos están los ácidos fenólicos, benzoico, cinámicos y los flavonoides como las antocianinas, catequinas, leucoantocianos (taninos) y flavonoles. Los taninos son aquellos compuestos polifenólicos que se unen a proteínas (apoenzimas) inhibiendo la actividad enzimática.

Se presentan en grandes cantidades especialmente en los vinos tintos: catequinas (como la catequina, epicatequina, galocatequina, el tetrámero, flavolona, las leucoantocianidinas, leucodelfinidina, leucocianidina, leucopelargadinina y polímeros como el flavolono).

La cuantificación y caracterización de los distintos compuestos fenólicos en el vino tinto muestran que superan al vino blanco. Además, los vinos modernos tienen más alcohol y menos taninos.

Dentro de las acciones benéficas descritas de los polifenoles sobresalen:

  • Acción cardioprotectora. Disminuye la apoptosis, aumento de glutación reducido (GSH), aumento en la quelación del hierro y aumento de la heme-oxigenosa-1.
  • Acción vasoprotectora. Disminución de la oxidación del LDL

Estudio: Mora Campos, J., & Bastos Soto, N. (2021). Beneficio del vino en la enfermedad coronaria. Revista Ciencia Y Salud, 5(1), Pág. 13-18.

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