La nueva bodega está plenamente integrada en el paisaje de Ribera del Duero y comprometida con la sostenibilidad.
Bodegas La Horra, situada en La Horra (Burgos) en plena Ribera del Duero y propiedad del Grupo Roda, ha inaugurado recientemente su nueva bodega tras invertir 9,5 millones de euros bajo criterios de sostenibilidad, integrada en el paisaje e inspirada en la arquitectura tradicional de las bodegas de la zona.
En concreto, la bodega, proyectada por la Premio Nacional de Arquitectura 2021, Carme Pinós, supone la consolidación del proyecto de Bodegas La Horra, que empezó su andadura en 2009. En una primera fase, se levantó la nave de elaboración para vinificar las primeras añadas de Corimbo y Corimbo I, en una segunda, finalizada en 2015, se construyó la zona de crianza y el botellero y en 2023, se inició la tercera fase, junto con el Estudio Carme Pinós, que culmina este viernes, según informa en un comunicado.
«Tras 16 años desde que iniciáramos nuestra andadura en Ribera de Duero, encontrando una zona vitivinícola inigualable para la elaboración de tempranillo, hoy damos un gran paso al inaugurar la bodega definitiva, sostenible y de alta eficiencia energética y que nuestro equipo, junto a Carme Pinós y su estudio, han desarrollado a la perfección. La nueva bodega refuerza nuestra presencia en Ribera del Duero, con la que esperamos, además, contribuir al desarrollo económico en la zona», ha señalado el presidente del Grupo Roda, Mario Rotllant, durante la puesta de largo de la nueva bodega.
Por su parte, el director general de Grupo Roda, Agustín Santolaya, ha señalado que Corimbo y Corimbo I «recogen cada detalle de este magnífico entorno, un paisaje formado por lomas de suelos pobres y calizos, coronadas por pinares y llenas de plantas aromáticas».
La arquitecta y premio Nacional de Arquitectura 2021, Carme Pinós, ha calificado de «reto maravilloso» este encargo de «crear un edificio dentro de un paisaje». «Mi idea es que la arquitectura forme parte del entorno sin imponerse, casi en simbiosis con la tierra. Me he inspirado en la historia de la construcción de las bodegas en esa zona y gracias a eso he llegado a hacer un proyecto coherente con la identidad del lugar», ha señalado.
La nueva bodega se sitúa en la parte norte de la finca, junto a un extenso pinar, y ocupa una superficie de 4.700 metros cuadrados, dedicados a la elaboración, crianza y embotellado de los vinos Corimbo y Corimbo I. Así, las naves existentes, construidas en fases anteriores, funcionarán como centro logístico.
El espacio se presenta como una obra sobria y elocuente, excavada parcialmente en una ladera orientada al sur. Su integración en el paisaje se basa en el esquema tradicional de las bodegas subterráneas de la Ribera del Duero, combinando raíces históricas con innovación contemporánea.
De esta forma, el edificio, semienterrado, se beneficia de la geotermia para mantener una temperatura constante sin intervención mecánica. La cubierta, en forma de gran teja invertida de hormigón visto, se adapta a las curvas de nivel del terreno y acogerá un jardín de plantas autóctonas.