Las bajas existencias hacen prever una campaña buena para el conjunto del sector.
La vendimia castellanomanchega ha arrancado con fuerza, dejando entrever una campaña marcada por la calidad y cantidad. Sin embargo, la alegría por las generosas cosechas convive con ciertas reservas en cuanto a la graduación alcohólica de algunas variedades blancas y tintas así como zonas. A pesar de estos matices, el sector vitivinícola de la región mira al futuro con optimismo, confiando en elaborar vinos de alta calidad.
Por otro lado, el hecho de que las existencias finales de la campaña anterior sean «muy bajas», con 7,4 millones de hectólitros entre vino y mosto, sugiere que el precio de la uva tenderá al alza, lo que compensará a los viticultores. Además, se espera que el precio cubra los costes de producción y cumpla con la Ley de la Cadena Alimentaria.
Hay que ser conscientes de que las existencias bajas, además de un mayor volumen de exportación, se deben a que la producción de la campaña anterior fue muy inferior a la media debido a las condiciones meteorológicas extremas, como la sequía y las olas de calor.
El año, en general, se presenta favorable. En el primer semestre, Castilla-La Mancha alcanzó un récord histórico en exportaciones, con una facturación de 386 millones de euros, superando el máximo anterior de 2018. Además, las exportaciones de la región representan el 55 % del total nacional, lo que significa que el desarrollo de la campaña en Castilla-La Mancha será determinante para el futuro del vino español.
TE PUEDE INTERESAR: El nuevo contrato de compraventa de uva y vino ya está disponible para descargar