La grave sequía podría anular los esfuerzos para reforzar la producción alimentaria.
La evaluación de la sequía de julio, publicada el 18 de julio por el Centro Común de Investigación de la Comisión Europea, pinta un panorama sombrío con meses secos y difíciles por delante.
Refleja que hasta el 46 % del territorio de la UE está actualmente expuesto a niveles de riesgo por sequía, mientras que un 11% permanece en alerta máxima, un porcentaje que resulta “asombroso”.
Según la noticia de la que se ha hecho eco Efeagro sobre el informe de la Comisión Europea, la falta de humedad en el suelo provoca un estrés considerable en la vegetación, lo que aumenta la presión sobre los sistemas agrícolas de la UE y genera preocupación sobre su impacto en el rendimiento de los cultivos.
“La competencia por los recursos hídricos es alta y comenzó antes de lo habitual”, dice el informe, que agrega que el estrés por falta de agua y calor ha “reducido el rendimiento y el potencial de los cultivos”.
El viñedo de calidad podría perderse
Recientemente se publicó otro informe por parte de COAG en el que se reflejaba que el impacto del clima en el viñedo tales como las sequías, las heladas o las subidas repentinas de temperatura, ponen en riesgo la agricultura de Castilla-La Mancha, que podría perder hasta el 50 por ciento de la superficie de viñedo de alta calidad, que tendría «serios problemas de desarrollo» en un escenario de subida de 2ºC de temperatura, especialmente en variedades tempranas como el Cencibel o Chardonnay.
Aunque el viñedo es una planta fuertemente adaptada a las condiciones mediterráneas y que necesita déficits hídricos moderados para potenciar su calidad, el aumento eventos climáticos extremos como olas de calor, períodos de sequía más extremos, descenso de la precipitación pero cada vez más concentrada en lluvias torrenciales tendría efectos negativos en calidad y rendimiento, además de aumentar la erosión de los suelos.