Un nuevo estudio demuestra que los datos climáticos de alta resolución permiten predecir mejor la propagación de enfermedades como la de Pierce en los viñedos.
Un estudio internacional acaba de revelar que el riesgo de propagación de la enfermedad de Pierce (PD), causada por la bacteria Xylella fastidiosa, es mucho mayor de lo estimado hasta ahora. La investigación, publicada en la revista científica de referencia Nature, concluye que el uso de datos climáticos de alta resolución en modelos epidemiológicos es esencial para predecir con mayor precisión la expansión de plagas y enfermedades en cultivos agrícolas, especialmente en el viñedo.
Una amenaza bacteriana con impacto global
Considerada como una de las bacterias más destructivas para la agricultura a nivel mundial, Xylella fastidiosa se transmite a través de insectos que se alimentan del xilema. Afecta a múltiples cultivos —cítricos, almendros, olivos— y provoca la enfermedad de Pierce en la vid.
Los efectos económicos son devastadores: en California genera pérdidas superiores a los 100 millones de dólares anuales, y en Apulia (Italia) ha provocado la muerte de 21 millones de olivos.
Cambio climático y microclimas: un cóctel explosivo
El estudio advierte que el cambio climático está generando condiciones más favorables para la expansión de esta enfermedad. El mayor hallazgo reside en que los modelos climáticos tradicionales, de resolución media, no captan la complejidad de los microclimas locales.
Al compararlos con los del conjunto de datos CHELSA, que ofrece información climática de alta resolución, se observan diferencias significativas. Áreas como valles fluviales, laderas y costas, antes consideradas seguras, ahora aparecen como zonas de riesgo elevado.
El riesgo crece: Europa y Sudáfrica, los más afectados
El análisis abarcó más de 100.000 localizaciones de viñedos en todo el mundo. Al utilizar datos de alta resolución, el estudio muestra un aumento sustancial de las zonas en riesgo:
- Europa: del 21,8 % al 41,2 %.
- Sudáfrica: del 5,6 % al 47,2 %.
- También se detectaron incrementos en EE. UU., Australia y Sudamérica.
En total, 4,6 millones de km² cambiaron de categoría de riesgo.
Una expansión acelerada
Además del aumento en extensión, los investigadores alertan sobre una aceleración en la tasa de expansión. En Europa, por ejemplo, el riesgo crece a un ritmo de 4.100 km² por año, casi el doble de lo estimado con modelos anteriores.
Este patrón coincide con los escenarios previstos de calentamiento global, y sugiere que la enfermedad podría extenderse rápidamente desde zonas costeras hacia el interior de los continentes, aprovechando corredores naturales como los valles fluviales.
Riesgo de Xylella fastidiosa y recomendaciones clave para el sector
Los autores del estudio insisten en que ignorar los microclimas lleva a subestimar el riesgo real. Aunque trabajar con datos de alta resolución requiere más capacidad de procesamiento, es imprescindible para estimaciones fiables.
También advierten que el riesgo no se limita a la vid. Cultivos como almendros o especies ornamentales podrían actuar como hospedadores y facilitar la entrada de la bacteria en nuevas regiones.
Otros factores como el manejo del viñedo, el uso del suelo y el comercio internacional de plantas ornamentales también deben considerarse en futuras estrategias de prevención.
La viticultura, ante un nuevo desafío global
El mensaje final del estudio es contundente: la amenaza de la enfermedad de Pierce es más alta, más extendida y más rápida de lo previsto. Esto obliga a replantear las estrategias de prevención y vigilancia a todos los niveles.
En regiones con relieve complejo y microclimas marcados, como zonas vitivinícolas del sur de Europa, es urgente reforzar los controles y adaptar los modelos predictivos si se quiere evitar un brote epidémico a corto plazo.
El trabajo ha sido desarrollado por un equipo de investigadores liderado por Àlex Giménez-Romero, del Instituto de Física Interdisciplinar y Sistemas Complejos (IFISC, CSIC-UIB), en colaboración con Eduardo Moralejo, de Tragsa, y Manuel A. Matías, también del IFISC. Juntos han llevado a cabo la conceptualización, análisis y simulaciones de riesgo climático que sustentan los hallazgos del estudio, publicado en una revista científica internacional.
Fuente: Nature.com
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