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sábado 27, julio, 2024

El sector del vino de la región aporta más del 4,6% al PIB de Castilla-La Mancha

La relevancia económica del sector del vino en Castilla-La Mancha.

La Organización Interprofesional del Vino de España (OIVE) y la Fundación Tierra de Viñedos han presentado esta mañana en Tomelloso el informe que cifra el papel destacado del sector del vino de Castilla-La Mancha en diferentes ámbitos.

Según el estudio, elaborado por Analistas Financieros Internacionales (AFI), la vitivinicultura genera en Castilla-La Mancha un Valor Añadido Bruto total superior a los 1.740 millones de euros anuales, y presenta un superávit comercial que se sitúa por encima de los 770 millones de euros anuales de media en los últimos cinco años. Además, el sector ayuda a generar y mantener más de 42.770 empleos directos, indirectos e inducidos en la economía castellanomanchega.

El sector del vino de la región aporta más de un 4,6% al PIB de Castilla-La Mancha.

Capital humano y arraigo territorial

La actividad vitivinícola contribuye a la fijación de población al territorio, lo que es clave en una región con abundantes municipios poco poblados (más del 40% de los municipios de las provincias de Albacete, Ciudad Real, Cuenca y Toledo tienen menos de mil habitantes), y en la que el viñedo es fuente de actividad para más de 79.700 viticultores registrados.

En términos de empleo, en el informe se especifica que el sector ayuda a generar y mantener más de 42.770 empleos directos, indirectos e inducidos en la economía castellanomanchega, de entre los cuales se estima que emplea a más de 20.000 profesionales de manera directa (empleos equivalentes a jornada completa).

Superficie de viñedo

Más de la mitad de los municipios castellanomanchegos albergan el cultivo de la vid. En las provincias de Toledo y Cuenca se contabilizan más de 150 municipios con viñedo en cada una de ellas, a la par que este tipo de municipios suponen el 85% y 70%, respectivamente, del total de municipios de Albacete y Ciudad Real.

Bodegas y modelo cooperativo

Una de las características de la actividad vitivinícola de la región es la mayor presencia relativa del modelo cooperativo, con un 35% de las cooperativas vitivinícolas españolas, que suponen en torno al 68% de la superficie de viñedo castellanomanchega, como recoge el Plan Estratégico del Sector Vitivinícola de Castilla-La Mancha (Consejería de Agricultura, UCLM, 2019).

Según el informe, respecto al tamaño de las empresas, se observa que un 70% son microempresas, con una facturación inferior a los 2 millones de euros anuales, y otro 18% son pequeñas empresas (facturación entre 2 y 9 millones). Mientras, las medianas (facturación entre 11 y 49 millones) y las grandes empresas (más de 50 millones de facturación) suponen un 10% y un 2%, respectivamente, del conjunto de empresas.

Cabe destacar que en Castilla-La Mancha hay un total de 213 bodegas/embotelladoras de producción ecológica, lo que supone un 18,5% del total nacional según datos de 2019 y siendo la segunda región española con más bodegas de este tipo de producción.

Si hay que poner un ‘pero’ al modelo y tejido empresarial dedicado a la elaboración de vino en la región, es a la exportación. En 2020 un total de 564 empresas vendieron al exterior, aunque tan sólo 246 (48%) son exportadores regulares. Una cifra aún por mejorar para el sector de la región que debe apostar por la exportación como una línea de negocio clave en su modelo de gestión.

Conclusiones

Durante la presentación, Emilio Ontiveros, presidente de AFI, ha señalado que “el sector tiene ante sí la oportunidad de redoblar el esfuerzo en I+D+i e impulsar programas formativos para el desarrollo de habilidades comerciales ligadas al sector«.

Por su parte, Ángel Villafranca, presidente de OIVE ha querido destacar que “es importante saber lo que somos como sector y estos datos nos permiten saber dónde estamos y los retos que demos afrontar«.

El consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural y presidente de la Fundación Tierra de Viñedos, Francisco Martínez Arroyo, ha resaltado la importancia de este estudio desde el punto de vista económico y social apelando, en este sentido, a la necesidad de avanzar en el embotellado en el vino, porque es ahí donde “hay valor añadido para esta tierra”. Y es que, ha subrayado, “fideliza a los clientes más allá de la buena labor de los comerciales de las empresas del sector de la región”. 

La OIVE presenta este informe al igual que lo hizo el año pasado con una visión global del impacto del sector vitivinícola a nivel nacional.

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