La Consejería de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural está impulsando la investigación en la región con el propósito de evaluar el impacto del cambio climático en el crecimiento y desarrollo de la uva, así como su adaptación a las nuevas condiciones ambientales.
El proyecto se lleva a cabo por el Centro de Investigación de la Vid y el Vino de Castilla-La Mancha (IVICAM) en una parcela experimental. En este caso, el objetivo es reducir el impacto negativo del cambio climático sobre el crecimiento y desarrollo de las cepas y la calidad de la uva, enfocándose en los ajustes que puedan ser necesarios en la viticultura futura.
Para ello, se determinarán los genotipos más adecuados a las nuevas condiciones ambientales para hacer frente a la sequía, y encontrar las variedades más eficaces desde el punto de vista hidrológico, o las variedades más aptas agronómicamente para la viticultura de Castilla-La Mancha.
Parcela experimental
La nueva parcela de viñedo, en los terrenos del IVICAM en Tomelloso (Ciudad Real), cuenta con 1,8 hectáreas con hasta 24 variedades, la mitad de blanca y la otra mitad de tinta, y cinco patrones, resistentes a la sequía y a elevadas concentraciones de caliza activa en el suelo, con una media de 1.815 cepas por hectárea. Aquí se van a llevar a cabo en los próximos años estrategias de riego deficitario controlado o de secado parcial de raíces, dentro de la línea de investigación.
El IVICAM tiene además otros tres viñedos experimentales entre los que se encuentra una colección de 174 variedades de vid y donde se realizan también estudios de manejo de riego y tipo de poda con doce variedades.