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miércoles 18, junio, 2025

El futuro de la alimentación: Las nuevas técnicas genómicas (NTG) prometen alimentos a la carta y generan debate

Nuevas técnicas genéticas para mejorar los cultivos y hacer una agricultura más sostenible.

Vivimos en el futuro de la alimentación. Cada día, millones de personas acuden al supermercado a llenar su cesta. Pero, ¿sabemos realmente de dónde viene esa comida? ¿Nos fijamos en la etiqueta? Es cierto que últimamente parece que estamos más concienciados, sobre todo cuando se trata de frutas y verduras. Nos importa si los tomates, las patatas o las naranjas son de aquí o de fuera, pero, seamos sinceros, no siempre nos fijamos. Quizá has comprado tomates modificados genéticamente sin saberlo. ¿Te los comerías si lo supieras? ¿O te da igual? Lo cierto es que el futuro —que ya es presente— pasa por alimentos modificados genéticamente. Un tema que forma parte del debate sobre sostenibilidad y que está estrechamente ligado a los objetivos de la Agenda 2030. En este artículo, te explicamos —con información oficial y clara— qué son las Nuevas Técnicas Genómicas (NTG) y por qué serán la noticia de los próximos tiempos.

¿Qué son las Nuevas Técnicas Genómicas (NTG)?

Las Nuevas Técnicas Genómicas (NTG) son tecnologías avanzadas que permiten editar el ADN de las plantas de forma precisa y eficiente. En un contexto de cambio climático, estas técnicas podrían cobran especial relevancia, ya que, según las autoridades y gobiernos, la agricultura necesita cultivos más resistentes, sostenibles y productivos. Las NTG permiten desarrollar variedades vegetales que se adaptan mejor a las nuevas condiciones climáticas, requieren menos recursos como agua y fertilizantes, ofrecen mayores rendimientos y presentan una calidad superior. Aunque se trata de innovaciones científicas, su funcionamiento se basa en procesos naturales, pero realizados de manera más rápida y controlada. En definitiva, estas técnicas nos podrían abrir la puerta a una producción de alimentos más saludable, nutritiva, accesible y adaptada a los retos del futuro.

Mejora de las plantas y los cultivos

En un video publicado por el Ministerio de Agricultura, se explica que hace más de 10.000 años, los seres humanos empezaron a seleccionar plantas para cultivarlas, y que así nacieron las primeras mejoras genéticas. Con el tiempo, la ciencia permitió avanzar más: en los años 50 se usaron productos químicos o radiaciones para provocar cambios en las plantas. Esto se llama mutagénesis, y gracias a ella tenemos muchas variedades nuevas, como algunos tipos de trigo o mandarinas. A finales del siglo XX llegó la transgénesis, una técnica que permite introducir genes de otros organismos para dar nuevas propiedades a las plantas.

CRISPR: una herramienta precisa y revolucionaria

Desde 2010, han aparecido las llamadas nuevas técnicas genómicas (NTG). Una de las más conocidas es CRISPR, una herramienta que actúa como un bisturí molecular. Con ella, se pueden hacer cambios precisos en el ADN de las plantas. Estas técnicas pueden ayudar a crear cultivos más resistentes, de mejor calidad y que usen menos agua.

¿Y cómo se regulan estas plantas?

Las plantas mejoradas con métodos antiguos no necesitan controles especiales antes de venderse. Pero las transgénicas sí tienen que pasar por un análisis de riesgos, según una ley europea del año 2001. En 2018, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea dijo que las NTG también deben cumplir esa ley. Sin embargo, muchos expertos creen que esa norma no se adapta a las nuevas tecnologías.

Una nueva propuesta de Europa para las nuevas técnicas genómicas (NTG)

Por eso, en julio de 2023, la Comisión Europea presentó una propuesta de ley específica para las NTG. Esta propuesta divide las plantas en dos categorías:

  • Categoría 1: plantas con pocos cambios, parecidas a las obtenidas por métodos tradicionales. Estas ya no seguirían la normativa de organismos modificados genéticamente (OMG).
  • Categoría 2: plantas con cambios más importantes, que sí seguirían bajo esa normativa.

Esta nueva ley quiere facilitar la investigación y el uso de estas plantas, garantizando siempre la seguridad.

nuevas técnicas genómicas (NTG)
Ministerio Agricultura / DIRECCION GENERAL DE PRODUCCIONES Y MERCADOS AGRARIOS / Año 2023.

Un proyecto español para informar y coordinar

En España, el Ministerio de Agricultura ha puesto en marcha un proyecto para asesorarse sobre estas nuevas técnicas. Lo coordina el Centro de Investigación en Agrigenómica (CRAG) y cuenta con un grupo de expertos.

También se organizarán reuniones con personas del sector agroalimentario para explicar el potencial de estas técnicas, coordinar la investigación y ofrecer información clara y actualizada.

Fruit Attraction habla sobre las nuevas técnicas genómicas (NTG)

En el marco y página web de la feria Fruit Attraction, que se celebrará a finales de septiembre de 2025, hablan de ello así:

¿Imaginas un tomate que prevenga la presión arterial, una mostaza menos picante o un trigo sin gluten? La Unión Europea allana el camino para que el uso de las Nuevas Técnicas Genómicas (NGT), basadas en la biotecnología aplicada al sector agroalimentario, contribuya a dar respuestas rápidas y eficaces a los nuevos desafíos de la alimentación y el cultivo en Europa.

Las técnicas genéticas tradicionales y actuales han cambiado mucho en cuanto a sus objetivos de mejora. En el pasado se tenía más en cuenta temas relacionados con el cultivo y la producción, como son las resistencias a las enfermedades, la calidad de producto, los volúmenes cultivados, etc. “Sin embargo, en los últimos años se están introduciendo nuevos factores de mejora que solicitan otros eslabones de la cadena alimentaria, como son el de procesado, la distribución y el consumidor”, comenta Agatha Agudelo, responsable de proyectos de I+D en Sakata Seed Ibérica.

Pero, ¿qué se gana con el uso de las nuevas herramientas genómicas? Además de ofrecer enfoques más precisos, disruptivos y eficientes a la hora de modificar directamente el ADN del producto, se abren nuevas posibilidades a la hora de dar soluciones a problemas del presente y del futuro, como son los nuevos patógenos, la tolerancia a la sequía y la mayor productividad en cultivos más estresados. Alicia Díaz, directora de comunicación y gestión operativa de la Asociación Nacional de Obtentores Vegetales (ANOVE), también señala la rapidez con la que se podría poner una nueva variedad en el mercado, “la mitad o menos del tiempo necesario en la actualidad”, y el coste, también menor al ser técnicas sencillas y asequibles para cualquier empresa obtentora. Si bien todos los cultivos se beneficiarían, ya que de 12-15 años se podría pasar a 3 o 4 años, “los arbóreos, como los frutales, donde la mejora es muy lenta, serían los grandes beneficiarios, así como las legumbres, ya que no tendrían la barrera de la inversión”, añade Díaz.

Lo dicho, el futuro de la alimentación ya está aquí.

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