Cooperativas Agro-alimentarias de España sitúa la estimación nacional de vendimia para 2025 entre los 37,5 y 38 millones de hectolitros.
La previsión de vendimia en España para 2025 apunta a una recuperación respecto a la cosecha del año anterior. En Castilla-La Mancha, a pesar de los efectos del mildiu y otras adversidades climáticas, se espera una uva de calidad si la meteorología se mantiene favorable en las próximas semanas.
El Consejo Sectorial Vitivinícola de Cooperativas Agro-alimentarias de España ha emitido esta semana su primera estimación de vendimia para 2025, situando la previsión nacional en torno a los 37,5-38 millones de hectolitros de vino y mosto, una cifra superior a la campaña anterior, aunque aún preliminar. Esta previsión marca una tendencia positiva para el sector, pese a las complicadas condiciones climáticas del año.
En Castilla-La Mancha, principal región productora del país, la expectativa es moderadamente optimista. Aunque el retraso del envero de hasta dos semanas respecto a 2024 y los daños por mildiu, pedrisco y sequía han impactado a los viñedos, las lluvias registradas en momentos clave de la campaña han favorecido la recuperación de las cepas. También hay que tener en cuenta los daños por fauna como la plaga híbrida de conejos que amenaza al campo, los jabalíes, la plaga sigilosa de caracoles que puede afectar al viñedo, así como la siempre persistente amenaza de la sequía.
Según ha destacado el presidente del Consejo, Fernando Ezquerro, “actualmente, y con todas las cautelas propias del momento, se estima una cosecha en torno a los 37,5-38 millones de hectolitros de vino y mosto.»
El mildiu ha sido especialmente virulento en zonas del sur peninsular, mientras que algunas comarcas manchegas también han reportado algunos focos menos significativos. No obstante, el estado vegetativo de muchas tierras invita al optimismo, augurando una uva de excelente calidad si el tiempo acompaña en agosto.
En las últimas horas, varios municipios de la comarca de La Manchuela y La Mancha conquense han sufrido las consecuencias de intensas tormentas, que han causado importantes daños en los campos y viñedos de la zona. El granizo y las fuertes rachas de viento afectaron a numerosas explotaciones agrícolas, provocando pérdidas importantes en cultivos, según han informado fuentes locales y asociaciones agrarias.
En paralelo, los últimos datos del sistema INFOVI muestran una caída en las existencias finales de vino a 31 de mayo de 2025, que se sitúan en 33,8 millones de hectolitros, un millón menos que en 2024. Este descenso es interpretado como un dato positivo por el sector, que encara el cierre de campaña con mejores expectativas comerciales.
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