Un informe de ProWein refleja el desafío al que se enfrenta el vino en 2025 y plantea cómo adaptarse a la caída del consumo y las nuevas tendencias.
¿Qué hacemos con el vino? ¿Apostamos por precios premium o algo más asequibles? ¿Mantenemos los vinos tradicionales o exploramos opciones con baja graduación alcohólica para atraer nuevos consumidores? ¿Seguimos con los formatos clásicos o innovamos para conquistar nuevos mercados con formatos tipo lata o similares?
El vino se encuentra en un momento crucial. Así lo refleja el Informe de Negocios de ProWein y su tradicional Barómetro de Mercado, una herramienta de análisis periódica que proporciona información clave sobre la industria vitivinícola internacional.
El informe de 2025 identifica los principales desafíos que enfrenta el sector en medio de la actual crisis económica y destaca las soluciones que los expertos consideran necesarias para que el comercio del vino se adapte a las cambiantes demandas del consumidor.
Desafíos económicos y cambios en el comportamiento del consumidor
Como conclusiones y a modo resumen extraído del informe, la caída del consumo de vino preocupa a la mitad de los expertos, especialmente en Norteamérica y entre productores de Austria, Portugal y Alemania, debido a factores como su vínculo e impacto en la salud, por ejemplo el cáncer, y la preferencia por otras bebidas.
Las regulaciones sobre el alcohol son un desafío clave para el 43 % de los expertos, con un aumento de diez puntos en el índice anual. Esto afecta a minoristas en Bélgica y Reino Unido/Irlanda y a productores en el Nuevo Mundo, Austria y Portugal.
Las restricciones comerciales siguen siendo una preocupación, con la política de EE. UU. y China como riesgos importantes, especialmente para productores de Francia.

El futuro de la premiumización en el vino
La premiumización ha impulsado el crecimiento del valor del vino en las últimas dos décadas, pero su sostenibilidad está en duda. Sólo el 50 % de los expertos cree que los vinos premium y super-premium resisten las crisis económicas, y la mitad del comercio considera que sus precios han alcanzado niveles insostenibles, lo que limita su crecimiento.
Ante esto, la industria debe innovar para atraer a las nuevas generaciones, adaptando su marketing y comunicación. La conexión con la sostenibilidad, el estilo de vida y las experiencias únicas será clave para su futuro.

Descenso en volumen de ventas y cambios en las preferencias de precio
La mayoría de los productores informaron una caída en el volumen de ventas en 2024, con un impacto especialmente fuerte en Alemania, Francia y Austria. Portugal fue la única excepción, donde más productores reportaron un incremento en sus ventas.
En el sector minorista, los distribuidores en los Países Bajos y el sur de Europa lograron aumentar sus volúmenes de venta. Sin embargo, en Norteamérica, Austria, Suiza y Alemania se registraron descensos notables.
Además de la caída en ventas, la mayoría de los productores observaron una tendencia hacia precios más bajos, especialmente en Portugal, Francia y el Nuevo Mundo. Esta tendencia coincide con los informes del sector comercial.
Mientras que en los Países Bajos, Alemania y Austria se registraron aumentos en los precios, en Reino Unido/Irlanda, Escandinavia y Norteamérica los consumidores se inclinaron más por productos de menor precio, reflejando cambios en los hábitos de compra.
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El mercado del vino de cara a 2025
La industria del vino debe abrazar la transformación continua. Según el informe de ProWein, de cara a 2025, el optimismo reina entre los productores de Portugal, el Nuevo Mundo, España y Francia. En contraste, Italia, Austria y Alemania anticipan un panorama económico menos alentador.
En cuanto al comercio minorista y la hostelería, 2024 trajo consigo una ligera mejoría en la mayoría de los países, con Alemania como excepción. Las perspectivas para 2025 son aún más prometedoras en el sur de Europa, Países Bajos y Reino Unido/Irlanda, regiones que esperan una recuperación más fuerte. Sin embargo, el sector minorista y hostelero de Austria, Suiza, Europa del Este y, nuevamente, Alemania, se mantienen prudentes en sus previsiones para este año.
En definitiva, los desafíos económicos y el cambio en los hábitos de consumo siguen siendo las principales preocupaciones de la industria del vino.