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lunes 17, febrero, 2025

Investigadores descubren el proceso que causa la ‘mancha amarilla’ del corcho

Investigadores de la Universidad de León han descubierto el proceso que explica la formación de la conocida como ‘mancha amarilla’ del corcho.

Investigadores del grupo BIOACTINOTEC (aplicaciones biotecnológicas de actinobacterias) de la Universidad de León han publicado su descubrimiento sobre el proceso que explica la formación de la conocida como ‘mancha amarilla’ del corcho. Un avance hecho público en la prestigiosa revista Microbiome que aporta pistas para avanzar en soluciones ante esta problemática a la que se enfrentan muchas bodegas.

La «mancha amarilla del corcho» es un defecto asociado a niveles altos de 2,4,6-tricloroanisol o TCA, un compuesto muy peligroso para el vino. El catedrático de Microbiología de la ULE, Juan José Rubio Coque, del Instituto de la Viña y el Vino, explica que la investigación ha identificado un proceso clave en la formación del TCA, un compuesto responsable del defecto conocido como «olor a corcho» en los vinos.

Este proceso comienza con la degradación natural del corcho, un fenómeno denominado «mancha amarilla», en el que intervienen diversos hongos y bacterias. Como resultado, se genera TCA de manera natural, y este compuesto puede transferirse al vino a través del tapón, aportándole un desagradable aroma fúngico que arruina su calidad e impide su comercialización. Este problema supone pérdidas millonarias para las bodegas cada año.

Este estudio ha sido publicado en la prestigiosa revista Microbiome y aporta, explica Rubio Coque, “nuevas pistas para el desarrollo de soluciones a este problema”.

La importancia del descubrimiento sobre defectos del corcho

Tal y como detalla el investigador y según se ha hecho eco la Universidad de León en un comunicado, la importancia de este descubrimiento radica en el contraste con lo que se pensaba hasta ahora, que “el TCA únicamente se producía a partir de la transformación de unos pesticidas químicos ampliamente utilizados en muchas industrias conocidos como clorofenoles”, mientras que esta investigación demuestra que la formación de TCA también puede darse de forma natural en corcho en un proceso natural en el que participan distintos hongos y bacterias. Con ella, se abre un camino de “nuevas perspectivas para la búsqueda de soluciones a este grave problema para los sectores del corcho y el vino”.

Según describen los investigadores en las conclusiones de la revista Microbiome, “los clorofenoles y cloroanisoles pueden producirse de novo en el corcho a partir de compuestos fenólicos liberados por la biodegradación microbiana de lignina (componente fundamental de la madera) y/o suberina (componente principal del corcho) mediante la participación de diferentes tipos de microorganismos presentes en el corcho. Se describe el origen natural de estos compuestos, que son de gran interés para el ciclo del cloro, y representan una nueva fuente de contaminación ambiental diferente a la causada por la actividad humana”.

El grupo de investigadores está compuesto por Marina Ruiz-Muñoz, Ignacio Ontañón, Rebeca Cobos, Carla Calvo-Peña, Rebeca Otero-Suárez, Vicente Ferreira, Jordi Roselló y Juan José Rubio Coque.

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