Con Vinescout los parámetros que se miden incluyen la disponibilidad de agua, la temperatura de las hojas y el vigor de las plantas.
Que la robótica está ya en nuestras vidas y labores cotidianas no es una noticia y lo vemos cada día en los avances que se están produciendo en agricultura y en concreto en viticultura. En esta ocasión con Vinescout.
La uva tiene que recogerse en su punto exacto de maduración, pero, además, la planta ha de disponer de un aporte de agua adecuado durante su desarrollo para que el vino acabe teniendo las propiedades que demandan los consumidores. El control de esos parámetros tan importantes para el viticultor no se suele hacer en campo porque es complicado y caro y, si se hace, pocos pueden permitirse utilizar cámaras de presión que miden el potencial hídrico.
“Esto impide que el viticultor y el enólogo tengan acceso a información completa y fiable durante los ciclos de crecimiento y maduración de la vid, de forma regular y en tiempo real. De esta forma, la mayoría de los productores no utilizan datos que podrían ayudarles a optimizar el manejo de su viña y, en última instancia, a influir en la calidad del vino que producen”, explica Francisco Rovira, director del Laboratorio de Robótica Agrícola (ARL) de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV).
Para solucionar este déficit, un consorcio de investigación europeo liderado por la UPV trabaja en un robot autónomo de monitorización de viñedos en el marco del proyecto VINESCOUT. El objetivo final es ayudar a los productores de vino a medir los parámetros clave del viñedo, incluida la disponibilidad de agua (estado del agua de la vid), la temperatura de la hoja/copa de la vid y el vigor de la planta.
Una noticia de Agencia Sinc
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