Socuéllamos está vinculado al vino y a la gastronomía.
Finales de la década de 1950. Turismo o no, Socuéllamos se encuentra en continuo crecimiento demográfico e industrial, alcanzando los 15.000 habitantes y con una industria bodeguera que cuenta con 450 centros de transformación de la vid en vino y alcoholes. A Socuéllamos se le conoce como «El Chicago de la Mancha», porque «se progresa de día en día y tienen obras como en las mismas capitales», comentaban los lugareños a los periodistas del Semanario El Español que cubrieron la feria de Socuéllamos de 1955.
En aquellos años, la superficie cultivable era de 37.000 hectáreas, de las que el viñedo ocupaba un 77% (28.629) y los cereales un 17% (6.354), siendo los dos principales cultivos. Los medios de transporte eran básicamente dos: carros y galeras y la bicicleta. De estas últimas estaban censadas 2.300 y de carros y galeras 1.230. Los vehículos de tracción mecánica se reducían a 26 tractores, 54 camiones, 58 automóviles y 160 motocicletas.
En ese contexto, el principal motor económico de la población era la actividad bodeguera. La transformación de la uva en vino, alcoholes, mistelas, etc. Varias de las bodegas también eran alcoholeras, cuyas torres de destilación humeantes daban a la localidad una imagen similar a los inicios de la revolución industrial en el siglo XIX. Esas 450 bodegas generaban a su vez actividades auxiliares como talleres de herrería y calderería, que eran 20, talleres de construcción de carros y carpintería en un número de 9 y otras actividades en el sector servicios como sastrerías (6) o peluquerías de caballeros (18).
La mayoría de bodegas correspondían a cosecheros-exportadores que elaboraban su propia producción y, en menor medida, existían bodegas que transformaban producciones ajenas. En la relación de declaraciones de cosecha y existencias de vino y demás productores derivados de la uva, presentados al Ayuntamiento de Socuéllamos en la campaña de 1958-1959, se pueden observar a varios de los principales cosecheros con bodega para elaboración propia. Aníbal Arenas Díaz-Hellín elabora en dicha campaña 600.000 litros de vino seco y de campañas
anteriores 125.000 litros de vino dulce. Tiene la bodega en la calle Juan de Austria.
Carmen Arias Sánchez-Maroto, con bodega en la calle Pedro Arias y en la finca de El Bernardo elabora en la campaña de 1958 un total de 339.500 litros de vino seco, y 120.000 de vino dulce. La torre de destilación (también llamado aparato) que hoy puede verse en la Casa Carmen Arias, es la más antigua (de inicios del siglo XX) de las 4 torres de destilación que hoy existen en Socuéllamos como patrimonio histórico industrial. La bodega «Leal y Montserrat S.A.», con centros en Socuéllamos y Campo de Criptana destaca por la elaboración principalmente de vino dulce, alcanzando en aquella campaña de 1958 los 625.000 litros, más los 173.000 de campañas anteriores. Tenía la bodega en la llamada calle Don Jaime (hoy Calle de la Esperanza).
Entre los grandes bodegueros nos encontramos a don Pablo Boronat Beltrán, cuya bodega se asienta en la actual Bodega Virgen de Loreto (calle San Antón), y que perteneció con anterioridad a don Leandro González. El señor Boronat elaboró en 1958 475.000 litros de vino seco.
El mayor elaborador de vino de aquella campaña de 1958-59 fue la recién creada Cooperativa del Santísimo Cristo de la Vega, fundada 3 años antes por 25 agricultores, resultando su primer presidente don Julián Alarcón López. En aquella campaña elaboraron 1.130.000 litros de vino seco con una graduación de 12,50. La bodega estaba ubicada en la calle Pedro Arias, en los terrenos propiedad de don Exuperio San Andrés Roldán, quien había creado la bodega.
Eso fue -y es- Socuéllamos, situada en el extremo oriental de la provincia de Ciudad Real, en plena comarca de La Mancha, un municipio histórico para el turismo y el vino regado por los ríos Záncara y Córcoles y considerado «Patria del Vino».
Un artículo del programa Manchavino 2024 / Fuentes: Archivo Histórico Municipal de Socuéllamos. Libro «Análisis de Socuéllamos» de Francisco Bello Honrado. Por Asociación de Historia de la Villa de Socuéllamos: Remedios San Andrés Alarcón, Antonio Reales Parra y Luis Alfonso Montero Cano. Fotografías: RV La Mancha.
Turismo y enoturismo en Socuéllamos
En Socuéllamos podrás encontrar diferentes servicios donde poder disfrutar del vino y de la cultura del vino. Haz turismo y enoturismo en Socuéllamos a través de sus bodegas, restaurantes, tiendas y espacios de degustación o bares de vino. Hoy en día, entre las bodegas representativas de Socuéllamos tenemos a Bodegas Cristo de la Vega, Bodega EHD, Tinedo Bodegas, Bodegas Lahoz, Bodegas Loreto y Finca El Refugio. Y, como símbolo de modernidad en la ciudad vinculado al vino, el Museo Torre del Vino. Un edificio coronado como una Torre-Mirador que fue antiguamente la estación de ferrocarril y que se ha convertido en el espacio donde se llevan a cabo catas, showcookings, eventos y vivencias vinculadas a la cultura del vino.
Socuéllamos, al igual que muchos municipios manchegos, se caracteriza por una rica gastronomía tradicional, con platos típicos como las gachas, los gazpachos manchegos, las migas y la caldereta de cordero, entre otras muchas recetas. Esta tierra de clima extremo adapta su dieta al medio, combinando experiencia y tradición con mucho vino.
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