La Federación Española del Vino y el CEEV defienden que el tratado impulsará la competitividad y abrirá nuevas oportunidades en mercados como Brasil.
El sector del vino en Europa ha lanzado un llamamiento claro a la Comisión Europea: acelerar la adopción del texto legal del acuerdo comercial entre la Unión Europea y Mercosur para iniciar su ratificación sin más demoras. Así lo han expresado la Federación Española del Vino (FEV) y el Comité Europeo de Empresas Vitivinícolas (CEEV), que consideran este tratado clave para el futuro económico del vino europeo.
José Luis Benítez, director general de la FEV, subraya que la incertidumbre geopolítica actual exige estrategias decididas de diversificación de mercados. “Brasil representa una oportunidad estratégica de enorme valor para el vino español, y este acuerdo es esencial para consolidar nuestra presencia allí”, afirmó.
Por su parte, Marzia Varvaglione, presidenta del CEEV, recordó que el consumo mundial de vino muestra signos de declive estructural, especialmente en los mercados tradicionales. “El acuerdo con Mercosur es una herramienta indispensable para atraer nuevos consumidores y garantizar la sostenibilidad económica del sector a largo plazo”, declaró.
Desde hace meses, tanto la FEV como el resto de asociaciones europeas del sector vienen respaldando firmemente este acuerdo, que permitiría eliminar barreras arancelarias, simplificar trámites de importación y proteger las Indicaciones Geográficas (IG) europeas, aspectos clave para mantener la competitividad de las bodegas del continente.
Ignacio Sánchez Recarte, secretario general del CEEV, enfatizó el peso de la medida: “El arancel del 27% que aplica actualmente Brasil a los vinos europeos es un obstáculo considerable. El acuerdo no solo eliminará este coste, sino que afianzará una alianza estratégica basada en principios vitivinícolas compartidos como la protección de las IG y la armonización de prácticas enológicas”.
El calendario comunitario prevé que, tras la revisión legal y traducción del texto a todos los idiomas oficiales de la UE, la Comisión adopte formalmente el acuerdo antes de que finalice junio. Una vez aprobado, pasará al Consejo y al Parlamento para su ratificación definitiva, lo que permitiría su entrada en vigor a finales de 2026. No obstante, su aplicación provisional en materia comercial podría activarse meses después de la aprobación por parte del Consejo.
Una voz crítica frente al entusiasmo del sector
Pese al respaldo del sector vitivinícola, el acuerdo UE-Mercosur no está exento de controversia. Diversas organizaciones agrarias y medioambientales han mostrado su preocupación por el impacto que podría tener sobre los estándares europeos de producción y sostenibilidad. Algunas voces alertan de que podría favorecer importaciones con menores exigencias en términos laborales, fitosanitarios o medioambientales, generando una competencia desigual. También se señala la falta de garantías suficientes para proteger a los pequeños productores europeos en caso de que el tratado se traduzca en una presión a la baja sobre precios y márgenes.
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