El presidente de la OIVE alerta sobre el impacto del vino en la economía rural y reclama a las administraciones que no se demonice su consumo, mientras el sector lanza una nueva campaña para reivindicar su papel con el lema ‘Vida con Moderación’.
“Muchos pueblos de España desaparecerían si desaparece el vino”. Con esta frase, el presidente de la Organización Interprofesional del Vino (OIVE), Fernando Ezquerro, puso sobre la mesa la enorme importancia que tiene el vino para la economía rural del país.
Durante la presentación del nuevo informe económico del sector, desde la OIVE reclamaron que no se demonice el consumo moderado de vino, que genera más de 386.000 empleos y mueve 22.350 millones de euros. “Se está castigando a un sector que forma parte de nuestra historia, nuestra dieta y nuestro paisaje”, advirtieron.
Para ello, el sector vitivinícola lanza ahora una nueva campaña bajo el lema ‘Vida con Moderación’, que reivindica el placer de disfrutar del vino con equilibrio, como parte de un estilo de vida responsable, mediterráneo y social.
La preocupación se centra especialmente en el contenido de la futura Ley sobre menores y alcohol, donde, según denuncian, algunas propuestas podrían afectar gravemente al etiquetado y la comunicación del vino como producto cultural y gastronómico.
Y es que la industria del vino se encuentra constantemente en el punto de mira. El vínculo entre vino y salud genera controversias, mientras que las nuevas tendencias de consumo mantienen al sector en alerta, obligado a reflexionar sobre qué decisiones tomar para que los productores puedan salvar sus cosechas.
Sobre la mesa se plantean medidas de gran calado, algunas de las cuales rompen con ciertas “leyes no escritas” del vino, como la idea de que sólo existen blancos y tintos, o que únicamente pueden considerarse vinos aquellos con más de 9 grados de alcohol. Otras propuestas, en cambio, apuestan por la innovación y la adaptación a nuevos hábitos y mercados emergentes, como el creciente interés por el vino sin alcohol, que se perfila como uno de los grandes retos —y oportunidades— del sector para asegurar su futuro.
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