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jueves 21, noviembre, 2024

Cómo mitigar efectos del cambio climático en el viñedo

La poda mínima y la poda tardía son algunas de las técnicas vitícolas para mitigar los efectos del calentamiento climático en la vid.

Un estudio evaluado por Wei Zheng en su tesis de doctorado y que le permitió obtener el grado de doctor ‘cum laude’ por la Universidad de La Rioja, analizó varias técnicas vitícolas de manejo de la vegetación para mitigar los efectos del calentamiento climático.

El objetivo general de la tesis doctoral de Wei Zheng fue evaluar los efectos de diferentes técnicas vitícolas de manejo de la vegetación sobre las características de la uva y, más específicamente y en relación con el calentamiento climático, su eficacia para retrasar la maduración de la uva y mejorar la relación entre antocianos y azucares.

Las tres principales técnicas de manejo de la vegetación estudiadas fueron: el recorte severo de pámpanos después del cuajado, la poda mínima y la poda tardía. Además, también se estudió el deshojado basal de la zona de racimos, después del cuajado, para conocer los efectos de la exposición máxima o total de los racimos a la radiación solar y sus consecuencias sobre las características de la uva y del vino.

Poda tardía del viñedo

Los resultados mostraron que el recorte severo de los pámpanos puede retrasar la maduración de la uva entre dos y tres semanas; sin embargo, bajo condiciones de poco vigor, las uvas no fueron capaces de madurar correctamente ante un doble recorte severo. Aunque la maduración se produjo en un período relativamente más fresco, la acumulación de antocianos no aumentó de forma significativa.

No obstante, en algunas ocasiones, el recorte de los pámpanos redujo el tamaño de baya, aumentando la relación hollejo/pulpa y, por lo tanto, aumentando la concentración de antocianos en el mosto. El recorte severo también incrementó la relación entre ácido tartárico y ácido málico.

Poda mínima

La experiencia de poda mínima mostró resultados más claros en el tamaño de la baya: las bayas más pequeñas contribuyeron significativamente a una mayor concentración de antocianos en el mosto, pero la capacidad del hollejo para sintetizar antocianos no aumentó como consecuencia del retraso de la maduración.

La poda tardía, en los estados fenológicos G y H, retrasó la maduración de la uva en gran medida y permitió unas condiciones de maduración mucho más frescas que la poda estándar. Sin embargo, estos efectos se obtuvieron a costa de una pérdida considerable de la producción y sólo la poda en estado H incrementó la relación antocianos/azúcares del mosto. La poda tardía del viñedo, antes o durante el estado F, no afectó a la producción ni a la composición de la baya.

Artículo completo Infowine aquí.

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