Recorre los caminos del vino por tierras de tradición, sabor y hospitalidad.
Cuando pensamos en turismo en España, lo primero que nos viene a la mente suele ser la playa o la montaña. Sin embargo, el interior de nuestro país esconde alternativas turísticas igual de atractivas, que combinan cultura, tradición y gastronomía. Una de las más enriquecedoras es el enoturismo, una forma de viajar que une la pasión por el vino con la historia, el arte, la naturaleza y la gastronomía de cada región.
El enoturismo no se limita a catar vinos. Implica adentrarse en bodegas, conocer los procesos de elaboración, descubrir museos dedicados a la cultura vitivinícola, y disfrutar de maridajes locales con identidad propia. Castilla-La Mancha, una de las mayores regiones vitivinícolas de Europa, destaca especialmente por su amplia oferta en este tipo de turismo. Pero, ¿Cuántas rutas del vino hay en Castilla-La Mancha? De manera oficial según la Asociación Rutas del Vino de España, en Castilla-La Mancha hay un total de 6 rutas del vino.
Rutas del Vino con presencia en Castilla-La Mancha
- Ruta del Vino de La Mancha
“Un mar de viñas en la tierra de los caballeros andantes, de molinos que se alzan como gigantes y de viajeros que encuentran siempre mesa y abrigo.” Así podría describirse la Ruta del Vino de La Mancha, un recorrido que atraviesa la inmensa llanura manchega, en la mayor zona productora de vino de Europa. Esta ruta conecta diez localidades de las provincias de Albacete, Ciudad Real y Toledo, unidas no solo por su amor al vino, sino también por un paisaje reconocible, una historia vitivinícola centenaria y una cultura profundamente enraizada.
Los pueblos que forman parte de esta ruta son: Alcázar de San Juan, Argamasilla de Alba, Campo de Criptana, Pedro Muñoz, La Solana, El Toboso, Socuéllamos, Tomelloso, Villarrubia de los Ojos y Villarrobledo. Todos ellos comparten un legado común que invita a descubrir sus bodegas, tradiciones y la esencia de La Mancha más auténtica.

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- Ruta del Vino de Valdepeñas
Hablar de Valdepeñas es hablar de vino. Este producto forma parte esencial de su identidad, siendo el hilo conductor que une a su gente y proyecta su nombre más allá de nuestras fronteras. La Ruta del Vino de Valdepeñas discurre por el territorio que abarca la Denominación de Origen del mismo nombre. Se trata de una zona situada en el corazón de la Meseta Central, caracterizada por un paisaje de horizontes amplios y suaves, a una altitud que oscila entre los 650 y 800 metros. La tierra se dibuja con los colores de la vid, el cereal, el olivo y el monte bajo, creando un entorno agrícola con fuerte arraigo en la tradición.
La historia del vino en esta comarca se remonta a muchos siglos atrás. Uno de los testimonios más importantes es el yacimiento arqueológico del Cerro de las Cabezas, antigua ciudad ibérica en la que ya se cultivaba la vid al menos cuatro siglos antes de Cristo.

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- Ruta del Vino de La Manchuela
La Manchuela es un rincón singular dentro de Castilla-La Mancha. Aunque forma parte de esta comunidad, su carácter y paisaje la distinguen claramente del entorno que la rodea. Situada entre las provincias de Cuenca y Albacete, esta comarca ha sido bendecida por la naturaleza con un entorno ideal para el cultivo de productos con identidad propia.
Gracias a la calidad de su tierra y el saber hacer de sus gentes, la Manchuela cuenta hoy con diversas Denominaciones de Origen, entre ellas la del vino. En este contexto nace la Ruta del Vino de la Manchuela, un proyecto que invita a descubrir los sabores, paisajes y tradiciones de una tierra auténtica que sorprende por su riqueza y personalidad.

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- Ruta del Vino de Méntrida-Toledo
La Ruta del Vino de Méntrida-Toledo invita al viajero a descubrir un territorio donde el vino es el hilo conductor de una experiencia cultural, natural y gastronómica. Esta ruta se despliega entre las faldas de la Sierra de Gredos y la histórica ciudad de Toledo, atravesando un paisaje de viñedos que da vida a los vinos con Denominación de Origen Méntrida.
Son tierras con carácter, al igual que sus vinos, donde bodegas, cooperativas y viñedos se integran con un valioso patrimonio histórico y natural, ofreciendo un maridaje perfecto para una escapada llena de sabor y autenticidad. La ruta recorre catorce municipios toledanos: Méntrida, Torrijos, Camarena, La Torre de Esteban Hambrán, Escalona, Maqueda, Montearagón, Fuensalida, Carmena, Quismondo, Arcicóllar, Cebolla y El Viso de San Juan.

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- Ruta del Vino de Almansa
La Ruta del Vino de Almansa recorre cuatro municipios de la comarca que lleva su nombre, en la provincia de Albacete: Almansa, Alpera, Higueruela y Hoya-Gonzalo. Esta zona del sureste castellano-manchego ofrece un paisaje distinto al del resto de rutas de la región, con un carácter propio marcado por su cercanía a la Comunidad Valenciana y la Región de Murcia.
Esa mezcla geográfica se refleja también en sus vinos, su gastronomía y su cultura, creando una identidad única. No en vano, la Denominación de Origen Almansa se define bajo un lema muy acertado: “una frontera de sabores”. Aquí confluyen la esencia manchega y los matices del Levante español, dando lugar a una experiencia enoturística tan diversa como sorprendente.

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- Ruta del Vino de Jumilla
La Ruta del Vino de Jumilla se extiende entre el nordeste de la Región de Murcia y el sur de la provincia de Albacete, abarcando un territorio con una profunda raíz vitivinícola. La tradición del cultivo de la vid en esta zona se remonta a tiempos ancestrales: excavaciones arqueológicas han revelado restos de vitis vinifera con más de 5.000 años de antigüedad, y ya en época ibérica se documentaba la elaboración de vino.
Hoy en día, esta ruta forma parte del ámbito de la Denominación de Origen Protegida Jumilla e incluye seis municipios: Jumilla, en la Región de Murcia, y Fuente Álamo, Ontur, Tobarra, Montealegre del Castillo y Hellín, en la provincia de Albacete. Juntos ofrecen al visitante una experiencia enoturística que combina historia milenaria, paisaje singular y vinos con identidad propia.

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Ahora que ya sabes cuántas rutas del vino hay en Castilla-La Mancha —un total de seis reconocidas dentro del club Rutas del Vino de España— sólo queda elegir por cuál empezar. Cada una ofrece una forma distinta de saborear el territorio: desde la historia de Valdepeñas hasta el alma literaria de La Mancha, pasando por los contrastes paisajísticos de Almansa o la autenticidad de La Manchuela. Sea cual sea tu elección, todas tienen algo en común: el vino como puente hacia una tierra rica en cultura, tradiciones, gastronomía y hospitalidad.
Fuente y fotos: Rutas del Vino de España
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