La política vitivinícola de la UE no garantiza la protección del medio ambiente, según auditores europeos

Auditores europeos denuncian la falta de sostenibilidad medioambiental del sector vitivinícola de la UE.

Un informe del Tribunal de Cuentas Europeo (TCE) ha puesto de manifiesto la “escasa” sostenibilidad medioambiental de la política vitivinícola de la UE, que cuenta con un presupuesto de 500 millones de euros al año. Los auditores han detectado “deficiencias” en el diseño y la aplicación de las medidas de apoyo al sector, así como en el seguimiento y la evaluación de sus resultados.

El informe, publicado recientemenente, se basa en una auditoría realizada en cinco Estados miembros que representan el 80% de la superficie vitícola de la UE: España, Francia, Italia, Portugal y Rumanía. Los auditores examinaron si la política vitivinícola de la UE contribuye a la protección del medio ambiente y al uso sostenible de los recursos, teniendo en cuenta los objetivos del Pacto Verde Europeo y la estrategia De la granja a la mesa.

Política vitivinícola

Los auditores concluyeron que la política vitivinícola de la UE no garantiza la protección del medio ambiente, ya que no establece objetivos específicos ni indicadores de rendimiento en este ámbito. Además, señalaron que las medidas de apoyo al sector, como la reestructuración y reconversión de viñedos, la promoción del vino o la destilación de crisis, no tienen en cuenta suficientemente los aspectos medioambientales.

El informe también alertó de que el sector vitivinícola de la UE genera una “cantidad significativa” de emisiones de gases de efecto invernadero, principalmente por el uso de fertilizantes y plaguicidas, el transporte y el envasado del vino. Asimismo, advirtió de que el cultivo de la vid consume una “cantidad considerable” de agua, especialmente en las regiones más áridas, y puede provocar la pérdida de biodiversidad y la erosión del suelo.

Los auditores recomendaron a la Comisión Europea y a los Estados miembros que revisen la política vitivinícola de la UE para alinearla con los objetivos medioambientales de la UE, introduciendo requisitos e incentivos para fomentar prácticas más sostenibles. También pidieron que se mejore el seguimiento y la evaluación de los impactos medioambientales de las medidas de apoyo al sector, así como que se refuerce la información y la sensibilización de los productores y los consumidores sobre la sostenibilidad del vino.

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